Esta historia impactante arranca el dÃa en que el protagonista, un joven rebelde pero desconcertado, conoce en una partida de cartas a un personaje que le marcará durante mucho tiempo. El Rubio, un jugador de cartas profesional, le va a permitir asomarse a un mundo que desconocÃa y en el que se funden la sensualidad, el riesgo, la libertad y el aliciente de transgredir las normas de una sociedad que le condenaba a un futuro gris.
Con La vida en el abismo, Ferran Torrent no sólo evoca uno de los personajes que más ha querido, sino que efectúa una magnÃfica reflexión sobre el juego como mecanismo inherente a la condición humana y describe a la vez un poderoso viaje de iniciación, el suyo propio, con el pulso firme del escritor que ha vivido para contarlo.
«Entre nosotros dos surgió una corriente de simpatÃa. A medida que le iba conociendo se convirtió en mi Ãdolo, en mi protector, en el padre —una figura ausente, de baja por enfermedad— que tanto habÃa echado en falta. Me atraÃan y todavÃa me atraen los tipos que vulneran las normas, los que viven al lÃmite, los que aceptan el riesgo como parte natural de la vida, los que se lo juegan todo a una carta —incluso en el sentido metafórico de la expresión—, aquellos que, si lo pierden todo, no expresan ni una palabra de lamento, ni una queja, conscientes quizá de que la derrota es una motivación para recuperarse y el éxito un permiso para seguir recorriendo un angosto sendero flanqueado únicamente por enormes acantilados, en el que se han acostumbrado a vivir porque todo lo demás, lo que interesa a la mayorÃa, les aburre, les agobia hasta el extremo de anular su personalidad.» Fragmento del libro La vida en el abismo