Leo "Las letras entornadas", el último libro que Fernando Aramburu elabora a modo de diario, recogiendo -como acertado motivo- las visitas que durante once meses realiza a un "Viejo", los jueves, donde conversan por espacio de dos o tres horas sobre escritores, libros y asuntos culturales en general, mientras comparten alguna que otra botella de buen vino. Así, con un uso acertado de la cursiva para diferenciar los dos ámbitos narrativos y con gran ejercicio de inteligencia, el escritor hace un recuento minucioso de sus artículos ya publicados en diferentes medios en los que "nos" habla de los filtros éticos de sus obras, de su libertad al escribir, de la violencia, del terrorismo, del equipaje ideológico que le acompaña, de la sabiduría, de la importancia de releer, del empleo de la ficción para relatar sus experiencias, del tratamiento del tiempo y de los niveles de realidad en la novela, dejando, como dice, "las letras entornadas, de forma que quienes, por circunstancias de la edad, vengan más tarde (si es que alguno viene) no se encuentren con la puerta cerrada". Al tenerlo agregado en el Facebook, normalmente sigo sus reflexiones y publicaciones y, en este bello texto -que precisa de una carga notable de atención y dedicación- sigo disfrutando de sus notas de humor ácido, de su desesperación, de sus protestas, quejas y acusaciones, con un impactante y "redondo" final.

Autor del comentario: AMAYA PUJANA LEVY
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