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Temporada de huracanes de Fernanda Melchor

de Fernanda Melchor - Género: Drama
libro gratis Temporada de huracanes

Sinopsis

Un grupo de niños encuentra un cadáver flotando en las aguas turbias de un canal de riego cercano a la ranchería de La Matosa. El cuerpo resulta ser de la Bruja, una mujer que heredó dicho oficio de su madre fallecida, y a quienes los pobladores de esa zona rural respetaban y temían.

Tras el macabro hallazgo, las sospechas y habladurías recaerán sobre un grupo de muchachos del pueblo, a quienes días antes una vecina vio mientras huían de casa de la hechicera, cargando lo que parecía ser un cuerpo inerte. A partir de ahí, los personajes involucrados en el crimen nos contarán su historia mientras los lectores nos sumergimos en la vida de este lugar acosado por la miseria y el abandono, y donde convergen la violencia del erotismo más oscuro y las sórdidas relaciones de poder.

Con un ritmo y un lenguaje magistrales, Fernanda Melchor explora en esta obra las sinrazones que subyacen a los actos más desesperados de barbarie pasional. Una novela cruda y desgarradora en la que el lector quedará envuelto, atrapado por las palabras y la atmósfera de terrible, aunque gozosa, fatalidad.


Se avecina una tormenta. Estamos en México, en un espacio temporal que podría ser el actual. Es el mes de mayo y en un pueblo hay un asesinato. Una mujer aparece muerta en un canal de riego. En el pueblo la apodan la Bruja, concretamente la Bruja Chica, porque su madre también fue bruja, pero desde que murió solo la llaman Bruja. Pero no, esto no es un thriller ¡y menos mal!, sino una novela fortísima en todos los sentidos. Una chica llamada Yesenia ha visto a dos jóvenes salir de la casa de la Bruja con una persona en brazos que podría ser ella, subirla a una furgoneta conducida por un tercero y huir en ella. Uno de los chicos a los que ha visto Yesenia es, sin ninguna duda, su primo Maurilio. Así, esta historia nos irá desgranando en cada capítulo las vidas, infancias, experiencias y sentimientos de los protagonistas del asesinato. Ya se conoce la víctima y los asesinos. Así que el jugo de la novela no es tanto el misterio, que también, sino deleitarse con la narración que hace esta joven autora mexicana de las vidas de los tres implicados, sus consecuencias y el móvil del asesinato. Al mismo tiempo, el narrador nos dibuja un retrato del lugar plagado de miserias. A la Bruja le tenían miedo y respeto, tenía mala fama y había una leyenda que decía que albergaba en su casa un tesoro valiosísimo, aunque ella vistiera con harapos y viviera en una casa deplorable. La narración hace que el lector se encoja y tema al personaje, que luego no resulta tan maligno, porque la historia no deriva donde creíamos. La autora no crea un halo de terror en torno a la bruja. Qué va, no es una historia con miedo, terror ni horror. Es una historia de miseria y sordidez que, por momentos, da arcadas debido al hedor y la podredumbre tanto física como moral que emana. Y eso Fernanda Melchor lo hace, simplemente, perfecto. Los tres implicados son Maurilio, apodado Luis Miguel por el parecido que tienen ambos en la voz cuando cantan; Munra, el conductor de la furgoneta, y Brando. Se narran las vidas de los tres. Por ejemplo, Maurilio fue abandonado por sus padres y lo crio su abuela junto a sus primas. Empezó a drogarse desde joven y se convirtió en un caso perdido. Todas ellas son vidas intrincadas de alambres y espinas que se encuentran. En torno a ellas, múltiples temas: abuso sexual, ideas de suicidio, abortos, miseria, miedo, prostitución, drogas, borracheras, sordidez, homosexualidad, crítica religiosa, maternidad, crítica a la corrupción y la violencia policiales y a la situación inmunda de aquellas cárceles. La narración no tiene ni un punto y aparte, algo que detesto tal y como dije en Crematorio, de Rafael Chirbes. Sin embargo, la narración es tan perfecta que supera todos los pormenores negativos y ha conseguido que puntúe este libro con la nota máxima, que son cinco estrellas, en Goodreads. Pese a no haber ni un punto y aparte, la autora enlaza la narración de tal modo que no resulta nada pesada, sino muy atractiva, aunque cuesta coger oxígeno. El lector devora las palabras y quiere seguir leyendo y saber más. Al final el lector establece una relación con los personajes, empatiza con ellos y crea sus propios sentimientos en torno a ellos. Por ejemplo, yo sentí una emoción neutra de misterio hacia la Bruja, lástima e impotencia por Yesenia, pena por Norma. al principio también sentí pena y admiración por la abuela de Maurilio, pero finalmente sentí un odio iracundo hacia ella por su cerrazón a ver la actitud dañina de su nieto, pese al amor de abuela que pueda argumentar. Con un lenguaje coloquial y, en muchos momentos, vulgar, esta novela adopta la magnitud de una historia grandiosa donde la presencia de numerosos insultos y frases malsonantes, lejos de resultar ordinarios, dan un ritmo y una calidad extremas. La autora construye muy bien la historia, atando todos los flecos y sin que se le escape nada. Con coherencia y dibujando a unos personajes muy bien formados. Podríamos decir que, exceptuando a la Bruja, que es la asesinada, Maurilio es el personaje más destacable de esta novela coral. Es un libro de digestión lenta que requiere un estómago fuerte, una obra de imaginería colosal y deslumbrante. Según se nos dice al principio, este libro está basado en un cuento popular. En esta novela pasan demasiadas cosas, imposible nombrarlas todas, se me escapan mil detalles, y no es para menos. Es una novela completísima, llena de matices. Esta es, quizás, la novela más sórdida que he leído en mucho tiempo. Es indescriptible todo lo demás que ocurre en estas páginas, hay que leerlo para entenderlo todo. La narración y la historia forman un tándem que, gracias a la pluma de Melchor, se convierte en una historia triste, pero al mismo tiempo bellísima que el lector tiene la suerte de poder disfrutar. Vaya historia? Como aspectos negativos, he de decir que el diseño de cubierta podría ser mejor, porque apenas atrae ni resuelve nada. El título, sin embargo, sí es sugerente y tiene relación con un elemento de la historia. Autora de otros libros como Aquí no es Miami o Falsa liebre, Fernanda Melchor ha entrado de lleno con esta novela en el panorama literario en español. Se ha convertido en uno de mis libros favoritos y me atrevería a decir que, si sigue escribiendo así, nadie la descarte para el Nobel dentro de algunos lustros.
En cuanto a la trama, es mejor saber lo menos posible y dejarte sorprender por esta vorágine que hipnotiza desde la primera página. Solo decir que el relato comienza con el hallazgo, por parte de unos niños, de un cadáver en un canal de riego. El cuerpo pertenece a La Bruja, un personaje magnético, oscuro, misterioso y complejo que sirve como eje central para desarrollar esta historia.Está escrito en un español mexicano con un lenguaje directo, explícito, muy coloquial y soez, pero necesario y justificado para contar los hechos ambientados en ?La Matosa, un pueblo imaginario donde reina la violencia y la miseria. La autora, nacida en Veracruz, utiliza este lugar gris como espejo de su ciudad de origen para hablarnos de la degradación humana desde la mayor sordidez y del día a día que se vive en estas zonas caracterizadas por la falta de oportunidades, la pobreza y el peligro constante.Adentrarse en las 224 páginas de este libro es una experiencia irrepetible. Ocho capítulos largos que te cogen y no te sueltan. Sin espacios entre párrafos, pausas o casi puntos. Como recomendación, aconsejo leerlos del tirón sin dejarlos a medias para no romper el ritmo y la atmósfera que Fernanda crea excelentemente en cada uno de ellos. Ningún personaje sobra y todos tienen un arco perfecto y muy bien cruzado con los demás gracias a la habilidad narrativa y a la marcada personalidad de la autora.Ya es una de mis novelas favoritas que he leído este año, no os podéis perder esta maravilla. El huracán Fernanda ha llegado para quedarse.
Tenía muchas ganas de leer esta novela desde hacía tiempo, más por las recomendaciones que iba encontrando que por la sinopsis, que no terminaba de llamarme la atención. Así comencé la lectura: con ganas por lo aclamada que es y con miedo de que me decepcionara porque el ambiente de brujería y asesinato que se me dibujaba no terminaba de convencerme. Confieso que en un principio me costó llegar a la obra, tomarle el punto, engancharme y ver lo mucho de bueno que veían personas de cuyo criterio literario me fío. Sin embargo, cuando ya casi estaba convencida de la decepción, me cambió la perspectiva. A esto sin duda contribuyó la historia de Norma, uno de los personajes, pero no es solo por ella por lo que me ha gustado tanto, es porque con ella entendí el sentido de la obra de una manera más global: el ambiente que se trata de reflejar. Porque esto es, creo, lo que Fernanda Melchor quiere contarnos, cómo es el ambiente, qué sucede allá, y de ahí el lenguaje, una parte tan importante de la obra y con la que tanto me costaba conectar... Es un lenguaje tremendamente coloquial, conversacional, casi sin signos de puntuación y sin párrafos apenas. Y esto que no entendía se ha convertido para mí en uno de los elementos centrales de la obra, uno de esos que la hacen ser la gran obra que es. El resto de personajes son también muy interesantes, a medida que la obra avanza y vas percibiendo las relaciones que se establecen entre ellos, vas conectando con cada uno en particular, entendiendo su función y su actuación en la comunidad que constituyen. Son personajes tremendamente humanos, no hay verdugos y víctimas por entero, todos son ambos de un modo u otro. Así, se construye un mundo (narrativo) que es tremendamente duro, no hay risas en esta obra, solo calosfríos. Y esa es la sensación que te deja, la de haber vivido un huracán, la de haber pasado por un mundo destrozado, atravesado por la miseria y la podredumbre (ética, física y de todos los tipos). Sales sabiéndote ajena, pero terriblemente asqueada. Es muy difícil que un libro te haga sentir que has estado dentro de la historia, y Fernanda Melchor, en Temporada de huracanes, lo consigue.
Me ha costado decidirme a darle una oportunidad a esta novela, la veía en todas partes, aclamada por gente con gustos muy diferentes, ahora entiendo por qué. En Temporada de huracanes, Fernanda Melchor ignora completamente que existen siglos de transmisión de historias por escrito y decide dar una forma diferente a su novela. Toma una voz narrativa que se va mimetizando con cada personaje y, sin perder nunca la tercera persona, te mete en su psicología, en su vida, hasta que cuesta trabajo recordar que quien te habla es un narrador ajeno a los hechos que se cuentan (aunque no del todo ajeno). Creo que la forma más fácil de explicarlo sería imaginar que una amiga te está contando algo que le ha ocurrido a amigues suyos, que tu solo conoces de oídas. Incluida la forma oral de transmisión ya que, a pesar de estar leyendo, he sentido en todo momento que era una historia que necesitaba ser escuchada y no leída; posiblemente por su estructura, sin párrafos, con frases que se extienden durante páginas y páginas, sin diálogos? Usando, además, el lenguaje y las expresiones más comunes entre la gente de esa zona (una vulgaridad que la mayoría de autores se cuidan mucho de esconder incluso cuando escriben sobre las clases sociales más bajas). Por todo esto, y la naturaleza misteriosa y decadente de la historia, te ves envuelta en una vorágine de la que no puedes salir hasta terminar el libro, casi asfixiada por la información y las vivencias de los personajes. Creo que es una forma muy novedosa de presentar una novela, un estilo ambicioso y fresco al mismo tiempo que falto de cualquier pretensión pseudointelectual, que presenta la vida de los más marginados entre los marginados sin dulcificarla ni un poquito y criticando una realidad durísima pero real, fácil de olvidar cuando no vives en ella. Me detengo especialmente en la forma porque es lo que más me ha gustado e impactado, pero esta es una novela de grandes y complejos personajes. Gente real con capacidad para el amor y el odio, para crear y para destruir, pero atrapados en un sistema y un ambiente del que no pueden salir.
Por un lado, presenta de una manera dura y desencarnada una parte de la sociedad de este país, donde la pobreza y la ignorancia prevalecen, pero que refleja también de una manera muy real la forma en que viven, hablan, visten y se relacionan un grupo de personas. Una prosa coloquial, realista, cruda, fuerte tan fuerte como la misma trama que nos relata, es difícil leer un libro así tanto por la forma como por el fondo, sin embargo, es imposible soltarlo, duele tanto lo que se cuenta y duele porque se sabe que son realidades crudas, tan crudas como las cuenta Fernanda Melchor Es increíble la manera en que salta en el tiempo sin siquiera avisar, pero que para nada hace que se pierda el ritmo o nos perdamos en la historia, es como llevarnos en el fondo de la historia de cada personaje, así que en ese fondo vemos su pasado, su historia y eso no hace que se nos olvide la trama principal. La Bruja, una desgraciada mujer que vive en una ranchería, hija de una conocida Bruja, que maltrataba a la pobre niña que no tiene nombre y al final esa niña cuando muere la madre se convierte en La Bruja y un día aparece muerta y es así como vamos conociendo la vida de ella, del pueblo entero y de quienes fueron sus asesinos, sus motivos, y así también de todos los que de alguna manera tienen que ver con este asesinato. A pesar de la prosa, del estilo tan crudo, tengo que decir que el libro me ha gustado y con todo que para nada es el tipo de libros que me gusta leer, pero es inevitable hacer notar la capacidad de Fernanda Melchor de escribir, su estilo tan crudo, su manera de representar tan crudamente una realidad en ciertos sectores de la población de este país, representando tanto, el machismo, la ignorancia, el abuso, sexual y físico. Lo que no me ha gustado en absoluto es su narrativa sin pausas, sin estructura alguna, puede ser que haya quien vea esto como algo novedoso, pero personalmente, no me agrada y aún y cuando puede resultar ¿cercano? ¿tal vez?, una prosa llena de tantas groserías, no digo que no haya quien hable de esa manera, la hay, por supuesto que sí, pero primero no me agrada, cuestión personal que podría pasar por alto si no hiciera esta narrativa tan local. Eso si, creo que después de terminar este libro, voy a empezar a hablar como camionero :D Enlace: http://brendagza.wixsite.com..

Comentarios de lectores del libro Temporada de huracanes

Esta es tal vez la experiencia literaria más dura, complicada y fuerte que he pasado, pero no por ello menos fascinante. Una implosión del lenguaje narrada con maestría por la veracruzana Fernanda Melchor, con situaciones impactantes, crudas, viles y crueles, que aluden a la famosa nota roja mexicana y su morbosidad, y que bien te describe la realidad del país mexicano de manera directa y sin tapujos. Un libro imprescindible.

Autor del comentario: HEC_ABARPIN
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Es un puñetazo en el estómago. Veo los personajes como animalitos presos de la ignorancia y pobreza. Pienso en cuantos millones están igualmente marginalizados en otras culturas. Difícil lenguaje náhuatl. El tema es universal. Muy doloroso. Ningún libro causa la desazón de este.

Autor del comentario: ILCUOCO BRASILIANO
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El México de Fernanda Melchor no es un México lindo precisamente, más bien parece la antesala del infierno. Mediante una construcción formal audaz, implacable, que se sirve de las armas de la literatura, reconstruye un crimen abominable, como tantos otros que por desgracia habrá, en una novela que no es para todos los paladares debido a su alto grado de violencia y obscenidad. Aunque tras un rato entre sus páginas nos acostumbramos a un retrato, despiadado y sin contemplaciones, de una miseria humana y moral de la que nos llega hasta el olor a podredumbre, de una pobreza que se contempla sin paternalismos. Sin embargo, el cadáver lo único que airea es la putrefacción social a todos los niveles, pues los muertos ya no sufren y tienen incluso suerte de abandonar un mundo habitando por el mismo demonio. Diálogo, monólogo interno, tiempo no lineal, todo ello se funde en un único bloque de texto por el que avanzamos y atamos cabos, relacionamos los detalles de una trama un tanto vaga. La autora se aproxima cautelosa al horror, se acerca, retrocede, con repeticiones, cambios de punto de vista, según nos movemos de un personaje, de una subjetividad a otra. Trama que, por separado, sería sólo una historia sensacionalista más y que es gracias a la forma, tan concentrada, que se convierte en una experiencia lectora particular, heredera en buena medida del experimentalismo de la moderna narrativa latinoamericana.Asistimos al machismo extremo en todas sus variantes, desde un machismo tolerante con los vicios masculinos, que les perdona todo mientras carga injustamente las culpas sobre unas mujeres que se llevan la peor parte, hasta el más burdo, practicado como signo de distinción y hombría por una adolescencia marginal, sin futuro, entregada por completo a la droga y al alcohol, al porno y a la delincuencia; una losa agobiante, prima hermana además de la homofobia. Las mujeres son poco menos que mercancía y objeto sexual, aprenden desde jóvenes a comportarse como tales, desarrollando una mezcla de odio, desprecio y de dependencia hacia el varón. Los bajos instintos lo presiden todo, se cercena la inocencia de niños que se tienen que hacer adultos demasiado rápido y se abusa del débil y del ignorante por parte del fuerte. Los errores se repiten con el tiempo, la familia es una maldición antes que el núcleo de una convivencia sana para unos seres mutilados, reprimidos, que aman, odian, desean, algunos aún guardan cierta candidez y buen fondo entre tanto sufrimiento; otros poca esperanza tienen de redención. Tangencialmente, las atrocidades de una policía corrupta, el amenazante narco, la política del amiguismo y del soborno, los servicios sociales y públicos que desprecian y, una vez más, culpabilizan a las víctimas, las empresas que no traen precisamente el progreso a una tierra dejada de la mano de Dios, la prostitución….A la crudeza del factor social se suma la presencia del elemento mágico-mítico sobre todo en la bruja, auténtica protagonista y enigma del relato; personaje sin voz ni nombre, tan cautivador como horrible, entre lo masculino y lo femenino, atravesado por las murmuraciones de una pequeña población. Objeto de desprecio y de miedo, pero necesitado urgentemente para expiar pecados por un pueblo supersticioso y pacato, para quien lo sobrenatural muchas veces puede ser muy real. La novela se acerca pues al terror o al gótico rural, incluyendo un cuento, el de los dos amigos jorobados, o bien versos de canciones románticas. Se nota a Juan Rulfo, a García Márquez. Se intuye la llegada de ese huracán apocalíptico, que arrasará con todo.

Autor del comentario: JACKNICHOLSON
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Leí este libro con buenas expectativas, pero la verdad me defraudó, no me gustó, con algunos destellos interesantes, pero al final le gana lo feo y pervertido de varios personajes.

Autor del comentario: GECEGEMX
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Esta es tal vez la experiencia literaria más dura, complicada y fuerte que he pasado, pero no por ello menos fascinante. Una implosión del lenguaje narrada con maestría por la veracruzana Fernanda Melchor, con situaciones impactantes, crudas, viles y crueles, que aluden a la famosa nota roja mexicana y su morbosidad, y que bien te describe la realidad del país mexicano de manera directa y sin tapujos. Un libro imprescindible.

Autor del comentario: HEC_ABARPIN
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Es un puñetazo en el estómago. Veo los personajes como animalitos presos de la ignorancia y pobreza. Pienso en cuantos millones están igualmente marginalizados en otras culturas. Difícil lenguaje náhuatl. El tema es universal. Muy doloroso. Ningún libro causa la desazón de este.

Autor del comentario: ILCUOCO BRASILIANO
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Esta es tal vez la experiencia literaria más dura, complicada y fuerte que he pasado, pero no por ello menos fascinante. Una implosión del lenguaje narrada con maestría por la veracruzana Fernanda Melchor, con situaciones impactantes, crudas, viles y crueles, que aluden a la famosa nota roja mexicana y su morbosidad, y que bien te describe la realidad del país mexicano de manera directa y sin tapujos. Un libro imprescindible.

Autor del comentario: HEC_ABARPIN
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Esta es tal vez la experiencia literaria más dura, complicada y fuerte que he pasado, pero no por ello menos fascinante. Una implosión del lenguaje narrada con maestría por la veracruzana Fernanda Melchor, con situaciones impactantes, crudas, viles y crueles, que aluden a la famosa nota roja mexicana y su morbosidad, y que bien te describe la realidad del país mexicano de manera directa y sin tapujos. Un libro imprescindible.

Autor del comentario: HEC_ABARPIN
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