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Este es el tercer libro que leo de Ferdinand von Schirach, los dos primeros me parecieron increíblemente buenos, pero esos dos estaban en la misma línea tanto de género como de narrativa, en esta ocasión el autor se ha introducido a escribir teatro y créanme cuando les digo que lo ha hecho de manera magistral. Por un lado, hablo de la parte técnica de esta obra, es decir, la calidad narrativa, la manera tan prolija, inteligente y magistral con el que está escrito y contado, es un libro corto en páginas pero enorme en calidad literaria. Por otro lado tenemos lo que se plantea como historia, como buen abogado que es el autor, nos ha mostrado una situación que podría ser y que es, en cierta medida, una realidad hoy en día. La obra transcurre en el día del juicio de un piloto militar, se le acusa de asesinato. Un avión con más de cien pasajeros es secuestrado por terroristas, la intensión es estrellar el avión en un estadio donde en ese momento se lleva a cabo un partido entre Inglaterra y Alemania, en el estadio hay más de 70 mil personas. Así pues, el piloto tiene que decidir a unos cuantos minutos de que el avión se estrelle contra el estadio, si permitir que esto suceda o bien derribar el avión, como ya saben que el piloto está siendo juzgado, bien se pueden imaginar cuál fue la decisión que tomó. Ahora bien, en tan solo 160 páginas el autor nos pone contra las cuerdas, nos hace reflexionar hacia el valor de la vida ¿valen más unas vidas que otras?, pero va mucho más allá de eso, porque al final este juicio y nosotros como lectores, vivimos en un mundo donde hay leyes, donde se sigue una constitución, donde las leyes castigan a quienes matan a sangre fría, por odio, por locura, por dinero, pero no hay leyes validas ante una situación que nos ha rebasado ¿cómo podemos juzgar a alguien que mata para salvar vidas? ¿ese asesinato vale menos? Todos somos seres humanos al final del día. Hay una profunda reflexión sobre el deber ser, sobre lo que debemos o no permitir, sobre hasta donde podemos llegar como individuos y como sociedad, al final el autor nos pone en relieve la libertad de expresión como derecho, pero ¿es válido todo lo que se dice o se publica ante esa llamada libertad de expresión?, pues no tanto, creo yo, pero tampoco se vale que un fundamentalista asesine a decenas de personas solo porque no le ha gustado un dibujo publicado en una revista. Como he dicho un libro con pocas páginas, pero que realmente nos deja reflexionando mucho, me reitero en lo dicho, este autor es de los que hay que leerse.