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A esta novela la leí hace unos años por recomendación de una de mis profesoras.Más liviano que el aire es una novela corta pero hermosa. Tiene una particularidad que la hace excelente: es un monólogo. Toda la novela está narrada por medio de la voz de Faila, su protagonista. Santi, su coprotagonista, un adolescente habla a través de lo que Faila reproduce. La abuela tiene dominio absoluto de la palabra y esto convierte a la obra en única.La historia transcurre en el lapso de cuatro días, Santi es un adolescente de bajos recursos que intenta robarle a una jubilada de 93 años pero que pasa a ser víctima de ella quien con astucia lo encierra en su baño.En este libro hay dos historias: la de Santi y Faila y la de la mamá de Faila que ella cuenta a Santi. La construcción de ambas es deliciosa, atrapante.También podemos ver detrás del soliloquio de la abuela una reescritura de la dicotomía fundacional: civilización y barbarie. Faila, ex maestra, intenta civilizar a Santi aunque al final dudamos de quién es civilizado y quien bárbaro en esta historia.Al final, me pregunté ¿quién es el indefenso en esta historia? Santi es prisionero de las palabras de su captora tanto como ella de sus prejuicios.Más liviano que el aire es el deseo de cualquier mujer.Les recomiendo mucho leer esta obra, es una joyita con un trabajo del lenguaje impecable.

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Es una novela de Federico Jeanmaire, la cual está narrada en 1er persona, Lita nos cuenta su historia, a través de un robo fallido. Ella a sus 93, para 94 años intenta entablar una relación con Santi, el adolescente que intenta robarle en la puerta de su edificio. A lo largo del libro Lita le va contando a Santi su historia como la de su madre, la cual termina trágicamente, a todo esto Santi se encuentra encerrado en un baño de la casa. Lita nos muestra cómo fue su crianza por medio de las frases que dice y de las acciones que realiza, como así podemos ver una fuerte crítica hacia las clases bajas, que según Lita, nacen de la vagancia e ignorancia de los Gauchos. Conocemos los trágicos romances de Lita, y sus relaciones con hombres, como también su vida cotidiana y su historia familiar, conocemos a Delita su madre, una mujer fuerte, que sabía lo que quería y que no dudo en conseguirlo. A su vez leemos a un Santi de otro mundo, uno muy distinto al de Lita, el roba para vivir según el comenta, luego comenta que no va a la escuela y que en su casa viven todos amontonado, también comenta sobre sentirse enamorado de su hermana. Todas estas cosas y comentarios horrorizan a Lita, al punto de querer adoptarlo, para darle una mejor vida. Lita marca una cítrica social muy fuerte, como así muy particular, defendiendo determinadas cosas y oponiéndose a otras. Considero que es un muy buen libro, de lectura ligera y rápida, llegue a proyectar en Lita a mi abuela con muchos de sus dichos y acciones. Tiene un final un poco predecible, pero que te deja con un nudo en la garganta. A pesar de un buen libro, le doy 3,5 estrellas, por que considere que algunas situaciones no me cuadraban y el giro del final fue muy obvio.

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Un libro lleno de simbolismos, una gran metáfora social. Me pasó con esta historia que, aún sin proponérmelo, todo el tiempo me replantee la manera en la que pienso y siento. En cuanto a la estructura del libro, a como nos cuenta la historia Federico, me pareció maravillosa! Eso que se presenta como un gran monólogo pero que en realidad es una conversación, la maestría del autor para hacernos escuchar la otra voz, guaaau, me partió la cabeza! Y si hay algo que amo son los libros que me sacan de mi zona de confort. Cuando arranqué con la lectura me dije: ¿un monólogo? mmm, ¿no me aburriré? Y a medida que pasaron las páginas la respuesta apareció sola, es un libro súper ágil, de esos que no podés dejar de leer. Con el plus de un relato enmarcado que la protagonista nos va contando muy de a poco y que, por lo menos a mí, me desesperaba querer saber más. Una historia inteligente que te puede gustar más o menos, pero que si algo hará es sacudirte. A mi me encantó, me gustó mucho que me haga trabajar como lectora, que mueva mis estructuras. Federico es un sí absoluto y después de la charla de ayer, más!