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Los llanos de Federico Falco

de Federico Falco - Género: Drama
libro gratis Los llanos

Sinopsis

«En la ciudad se pierde la noción de las horas del día, del paso del tiempo. En el campo es imposible», empieza diciendo el narrador de esta historia, que a continuación va desgranando su día a día en una casa con una huerta donde se ha aislado de todo y de todos, tratando, acaso, de huir de sí mismo. El tiempo ahí casi se palpa, avanza sin premuras y permite sentir los detalles más minúsculos: los insectos, los ruidos, una hoja que cae, el olor de la tierra húmeda…Esta historia empieza en enero, y se nos cuenta en capítulos que abarcan varios meses. El protagonista establece vínculos mínimos con personas del entorno rural en el que se ha autoexiliado, recuerda su infancia —aquel italiano veterano de alguna guerra que se ahorcó al confundir las luces del pueblo con fogonazos de cañones; aquellas historias que contaba la abuela, acaso reales, acaso sacadas de alguna película…—, evoca su llegada a la ciudad como estudiante, el interés por la estructura de las historias que contamos, el empeño en desentrañar el secreto de su funcionamiento; y evoca su relación con Ciro y su ruptura con él, que lo ha traído hasta ahí.Esta novela sutil, elusiva y bellísima aborda el duelo de una ruptura, la soledad que activa todos los sentidos, la sabiduría secreta de los versos iluminadores de algunos poetas, la necesidad de contarnos historias… Este es un libro sobre el tiempo que pasa y sobre el llano en el que habita un hombre que cultiva una huerta y mira y recuerda y escribe.


Quienes nacimos en una ciudad como Buenos Aires, por lo general, la primera vez que pisamos campo nos aburrimos. Y por campo, digo campo; esos lugares a los que no llegan los ruidos del tráfico, ni voces ajenas, ni el eco de los aviones que despegan. Donde, si hacemos silencio, escuchamos solamente a la naturaleza.En Los Llanos, Federico Falco nos invita a ese lugar vacío, silencioso, en el que, después de una ruptura, nos refugiamos hasta que la tierra sana y lo que plantamos vuelve a crecer. A lo largo de los meses que pasa en Zapiola, en una casa alquilada a pocos kilómetros de un pueblo, Federico recorre sus orígenes, su búsqueda de identidad y su duelo más reciente, mientras descifra los códigos de la naturaleza para acompañar sus procesos. Procesos que sospechosamente se parecen bastante a los nuestros.La pluma de Falco es minimalista, nítida y sensible, capaz de dibujar minuciosos paisajes y sentimientos en pocas palabras. En mi experiencia, reconozco que me costó tomar el ritmo de la narración. Pero basta pasar de ese primer impacto que producen los llanos, tanto geográfica como narrativamente, para encontrar el encanto del paisaje, para apreciar el paisaje y observar cómo gradualmente el clima cambia, la tierra se enriquece y lo que sembramos finalmente florece. Definitivamente, una lectura para (re)descubrir que también los llanos son parte de la vida y que, como todo, tienen su innegable encanto.
Los Llanos esta escrito como un diario : las impresiones y vivencias diarias del protagonista, un escritor en falta de inspiración y con una ruptura sentimental a cuestas. En ese contexto, se instalará en plena pampa argentina, en un paisaje bastante inhóspito, pura llanura, en un pueblito que escasamente es uno y que se llama Zapiola, vaya nombre !(?uno de esos pueblitos que nunca llegaron a ser del todo. Una línea de casas frente a la estación de tren. Dos boliches/almacén?) y tratará de cultivar un huerto. No sin mal. Porque cultivar un huerto en la pampa, aunque esté destinado solo al auto-consumo,?es un verdadero reto.Seguiremos el día a día de nuestro personaje, bastante tristón, a la semejanza del paisaje infinito (?Yo ahora solo quiero mirar el horizonte, la llanura, fijar los ojos en la distancia, que me inunde el campo, que me llene el cielo, para no pensar, para lo que sucede en mí deje de existir todo el tiempo). Y con un interés algo tierno iremos conociendo sus derroteros, sus pocos vecinos, la fauna y la flora locales en detalle y la cultura de este huerto que no es ningún paraíso terrenal.El tono es amable, nunca se queja aunque se nota que sufre de su falta de inspiración y del triste desenlace de la historia sentimental, para la cual no tendremos tampoco ninguna explicación, lo que denota tacto y prudencia porque bien se sabe que las historias siempre tienen por los menos dos versiones?También esta incursión en la pampa argentina representa para él un viaje hacia el pasado puesto que sus ancestros italianos habían hecho exactamente el mismo viaje echando raíces en Argentina y en este lugar. Bonito lo que escribe página 117 sobre ellos?Atrás, lejos, del otro lado del océano, quedaron los Alpes, las piedras, los cerros, las nieves en invierno, el agua rápida del deshielo, los prados verdes. Allá todo era ajeno, todo estaba lleno, donde no había picos de montaña, había valles, laderas en sombras y laderas a pleno sol, pueblos, bosques, caminos. Parcelas pequeñas. Allá eran demasiados, faltaba el espacio, a los surcos de cebollas los alineaban contra las vías del tren, el perejil y la albacea crecían en macetas en el alféizar de las ventanas. No había espacio, no había lugar para ellos.El hombre busca una catarsis, una inspiración y escribe esto. Está muy bien, es un logro. Volver al pueblo a plantar un huerto como diría el periodista español Sergio del Molino, pero aquí no se trata de una España despoblada y vacía, sino de la pampa argentina infinita. Enlace: https://pasiondelalectura.wo..
Bastante aburrido. Van pasando las cosechas y los cultivos de la huerta y el personaje recuerda retazos de su vida y de una ruptura sentimental. Hay que decir a su favor que es muy poético y tiene pasajes verdaderamente brillantes con una prosa extraordinaria.

Autor del comentario: SANESTEBAN
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