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Hacía tiempo que no leía ninguna novela de humor inglés, y esta no solo no me ha decepcionado, sino que me ha maravillado. Es la primera vez que leo a Evelyn Waugh, pero no creo que sea la última. Su sagaz pluma, su ingenio, su uso de la ironía y el humor, son claves para que este libro consiga hacerte reír de principio a fin.Una serie de desternillantes malentendidos y errores humanos hace que William Boot, un hombre de campo, sea mandado como corresponsal de guerra nada más y nada menos. de columnista sobre la naturaleza, escritor que habla de animales y plantas, a escribir sobre la guerra de un país africano. Y ni siquiera sabe nada de este lugar. Ni él, ni los personajes que le envían, que son todos unos ignorantes. Pero, eso sí, hacen su trabajo con mucha distinción y elegancia.Los malentendidos no terminan ahí, sino que van continuando indescriptiblemente durante todo el libro. Todos son unos inútiles, de pies a cabeza, pero el mundo sigue girando, y ellos, a falta de noticias, se las inventan. Estamos ante una crítica mordaz de la prensa de entonces, aunque bien se puede equiparar a la de ahora en muchos sentidos. Es cierto que todo es demasiado exagerado, pero se puede intuir la crítica que hace el autor a este gremio de trabajadores.Con muchos momentos de humor, con los que el lector se puede reír con facilidad, el humor inglés de Waugh es fantástico incluso en los tiempos que corren. Creo que no se puede decir que haya envejecido en absoluto, ya que podemos trasladar cualquier suceso contado en el libro al mundo actual. Esta es una novela muy recomendable, y encima, divertida.