Tras las desilusiones, el destino sorprende a Camila y Roberto con un nuevo amanecer.
El destino parece dibujado en la soledad de un alma.
El abismo de la incertidumbre llena de fantasmas la vida cotidiana. Dos corazones heridos. Ilusiones marchitas. Cada dÃa es la sucesión de otro, cada noche la misma soledad como única compañera.
¿Puede el desencanto teñir de gris todos los instantes?
El trabajo deviene una obsesión, una manera de completar una existencia vacÃa.
Camila emerge lentamente de un dolor que la ha hecho trizas. Un antes y un después. La agonÃa de Fernando fue muy dolorosa. El amor ya no puede irrumpir en su corazón, su capacidad de amar ya no existe. A pesar de sus años jóvenes se ha prohibido volver a sufrir.
Roberto es un hombre solitario con un pasado que le ha dejado una herida profunda. Descree del romance y subestima el deseo de una relación permanente. Para él todas mujeres son pérfidas y egoÃstas
El destino, un aliado del amor, les tiene preparado un encuentro fortuito. La invitación de Silvana lleva a Camila a Paris. Un incidente en un avión, el encuentro de dos miradas. Un giro inesperado para dos personas ajenas al amor. El embeleso que circunda a los amantes los hace ceder a la tentación.
Un juego peligroso pero atractivo, la posibilidad de volver a enamorarse.