«Lavida no es más que una larga serie de pesares y un corto sueño de ilusiones yesperanzas», escribió Esteban EcheverrÃa en alguna hoja de sus apuntes ydiarios. Y es ése es el ritmo y el sazón de su vida, entregada a una empresaefervescente, la de escribir y conocer. Arrojado al destierro («la emigraciónes la muerte», dice en otro lado), EcheverrÃa terminará sus dÃas en medio deafanes y desesperanzas. No obstante, la fortaleza de su espÃritu le permitiráejercer una escritura que contribuirá a forjar toda una época en un paÃs hastaentonces casi inhóspito. Para él es factible pensar y creer sinceramente: «LapoesÃa es lo más sublime que hay en la esfera de la inteligencia humana» y, almismo tiempo, luchar por ello a fin de entregar algo de poesÃa a los lectoresde su paÃs como un sencillo presente. A tal sentimiento responde «La cautiva»,un largo «poema de la tierra», donde el autor rememora la lucha feraz de unacomunidad por establecerse en un territorio intrincado y difÃcil. Asà también,«El matadero», considerado por algunos como el primer cuento de la literaturaargentina, y por último, los textos que completan este volumen: «Fondo y formaen las obras de imaginación», «Sobre el arte de la poesÃa», «ApologÃa delmatambre» y unos «Pensamientos», los cuales permiten comprender más cabalmentela obra y la vida de uno de los fundadores de la literatura argentina.