Construido sobre la base de la experiencia y la observación, Cuentos andinos (1920) constituye el testimonio descarnado y auténtico del impacto emocional que un aspecto de la realidad andina generó en su autor. Los hombres y las mujeres de ese universo narrativo actúan como impulsados por los más elementales instintos.
Pero esos seres, en la visión de López Albújar, no son arquetipos; no comprometen, por tanto, al conjunto de la sociedad andina, ya que no implican una visión generalizadora y por lo mismo deformante. Los seres que pueblan ese universo son más bien individualidades que, colocadas en situaciones lÃmite, rescatan su propia humanidad y defienden su derecho a la vida del único modo posible, en tales circunstancias: mediante la violencia. En ese contexto, la obra de Enrique López Albújar es una visión del indio liberada de sentimentalismos y de retórica.
La lectura de estos rÃspidos relatos debe hacerse sin perder de vista, por lo demás, la novelÃstica indigenista decimonónica a la cual parece contraponerse este cuadro, de gruesas tintas, en el que no hay lugar para la vacilación o la lágrima, y donde el indio capta para sà un protagonismo evidente.
Contiene:
• «Los tres jircas»
• «La soberbia del piojo»
• «El campeón de la muerte»
• «Ushanan-jampi»
• «El hombre de la bandera»
• «El licenciado Aponte»
• «El caso Julio Zimens»
• «Cachorro de tigre»
• «La mula de taita Ramun»
• «Cómo habla la coca»