Publicado en 1898 de forma anónima por Elisabeth Von Arnim, Elizabeth y su jardÃn alemán relata, a modo de diario, el transcurso de las estaciones en las plantas, las flores y los paisajes del jardÃn de la autora. Es una historia de la felicidad. La felicidad que encuentra Elisabeth en su jardÃn, sus desvelos por convertir una finca abandonada en el jardÃn de sus sueños, los juegos con sus hijas, las tardes al aire libre, los paseos bajo la luz de la luna. En tono irónico, la autora va desvelando su indiferencia por una sociedad rÃgida y conformista de la que ella se siente ajena y de la que procura distanciarse “recluyéndose” voluntariamente en su paraÃso particular. No falta el humor. La forma de referirse a su marido “El hombre Airado” que ni la entiende ni lo pretende, o a sus tres hijas, “La niña de abril, La niña de mayo, La niña de junio”, son un reflejo del carácter sensible y elegante de la autora.