Ce'Nedra, la princesa imperial de Tolnedra, estaba desconcertada porque todo el mundo sabÃa que las historias sobre el Orbe, que protegÃa del diabólico dios Torak a los reinos del Oeste, eran simples leyendas, pero allà estaba ella, envuelta en una peligrosa misión para recuperar el Orbe robado. En segundo lugar, también le desconcertaba la atracción que sentÃa por Garion, aquel muchacho que no era más que un humilde granjero, indigno de una princesa. Sin embargo, ¿por qué percibÃa aquella imperiosa necesidad de educarlo, de acariciar su cabello enmarañado y de consolarlo? Ahora, el joven se dirigÃa a una extraña torre, sÃmbolo de todo lo que él consideraba maligno, para enfrentarse a un temible y poderoso mago. Garion podÃa morir y ella nunca volverÃa a verlo, pero no habÃa posibilidad de protegerlo. Sin embargo, las palabras de Aldur y de lord Mara, dios de Maragor, habÃan dado a entender veladamente que Garion serÃa más poderoso que Polgara y que el mismo Belgarath, y que su papel era el más importante en el desarrollo de la profecÃa. Precisamente, durante la lucha de fuerzas mágicas entre Belgarath y Ctuchik, que era quien custodiaba el Orbe, el niño inocente, que habÃa sido el único capaz de tocar este objeto sin quemarse.