El desierto de los tártaros de Dino Buzzati
de
Dino Buzzati
- Género:
Drama
Sinopsis
La fascinación que desde su aparición en 1940 ha despertado El desierto de los tártaros, la más célebre novela de Dino Buzzati, proviene del paisaje formal de la fábula que narra, no de su significación oculta. Con todo, la historia del oficial Giovanni Drogo, destinado a una fortaleza fronteriza sobre la que pende una amenaza aplazada e inconcreta, pero obsesivamente presente, se halla cargada de resonancias que la conectan con algunos de los más hondos problemas de la existencia: la seguridad como valor contrapuesto a la libertad, la progresiva resignación ante el estrechamiento de las posibilidades vitales de realización, la frustración de las expectativas de hechos excepcionales que cambien el sentido de la existencia.
Libros Recomendados - Relacionados
El gran retrato
La famosa invasión d
The stronghold
El gos que va veure
Sesenta relatos
El desierto de los t
El desierto de los t
El secreto del bosqu
Siete plantas
Las noches difÃciles
El teniente no tiene quien le escriba... ni a quien escribirle. . Pero permanece en su laberinto.
Laberinto que no ha creado, pero se ha encargado de que no lo conduzca a ninguna parte, mas por indolencia que por decisión.
En la novela Giovanni Drogo, no vive una vida, solo la deja discurrir, aunque tal vez escurrir sea mas preciso. Metafóricamente la fortaleza esta mas protegida hacia adentro por las incertidumbres y falta de convicción,que hacia afuera, donde la esperanza puede ser sustituida por la acción. El desierto árido e inacabable poblado de ficticios enemigos constituye algún tipo de oportunidad de cambiar el rumbo, de conseguir algo..lo que sea que dé un sentido al sinsentido que es la simple espera.
El goteo de la cisterna se vuelve tan monótono como la vida alterada por un par de incidentes trágicos que no ocurren al interior de la fortaleza que le toca habitar y defender a Drogo, quien sujeto a una corta espera, ve transcurrir los años y los dÃas.en espera de una ocasión que no llega, pero tampoco se atreve a retroceder.
Y debe conformarse con un solo acto de heroicidad, que no lo arranca de la medianÃa de su ¿ destino ? . Y que por supuesto no requiere de valor más que para ocultar su cobardÃa.
Trasladado a cualquier ámbito de la vida, el desierto nos acecha, la. Fortaleza nos espera, y los enemigos...tal vez nunca aparezcan.
El tiempo y el espacio devoran a un ser cargado de una trágica apatÃa, cercado por una fortaleza y un desierto de los que poco puede esperar. Y sin embargo en quienes deposita toda su esperanza.
Clara influencia para la novela de Coetze de nombre ( esperando a los barbaros )
Por cierto la pelÃcula retrata perfecto la umbrÃa pesadumbre de la novela .
ESPERAEsperaba
esperaba
y todavÃa
y siempre
esperando,
esperando
con todas las arterias,
con el sacro,
el cansancio,
la esperanza,
la médula;
distendido,
exaltado,
apurando la espera,
por vocación,
por vicio,
sin desmayo,
ni tregua.¿Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos
que son pura ceniza?
Por muy lejos que mire:
la espera ya es conmigo,
y yo estoy con la espera...
escuchando sus ecos,
asomado al paisaje de sus falsas ventanas,
descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre,
ante sus chimeneas,
sus muros desolados,
sus rÃtmicas goteras,
esperando,
esperando,
entregado a esa espera
interminable,
absurda,
voraz,
desesperada.Sólo yo...
¡SÃ!
Yo sólo
sé hasta dónde he esperado,
qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios;
con qué ardor,
y qué fiebre
esperé
esperaba,
cada vez con más ansias
de esperar y de espera.¡Ah! el hartazgo y el hambre de seguir esperando,
de no apartar un gesto de esa espera insaciable,
de vivirla en mis venas,
y respirar en ella la realidad,
el sueño,
el olvido,
el recuerdo;
sin importarme nada,
no saber qué esperaba:
¡siempre haberlo ignorado!;
cada vez más resuelto a prolongar la espera,
y a esperar,
y esperar,
y seguir esperando
con tal de no acercarme
a la aridez inerte,
a la desesperanza
de no esperar ya nada;
de no poder, siquiera,
continuar esperando.Oliverio Girondo