Cuando por fin los hijos de Cherek arrebataron el Orbe al dios Maldito, Belgarath se lo confió a uno de ellos, a Riva, y le dijo que mientras el Orbe estuviera en manos de sus descendientes, las tierras del Oeste permanecerÃan a salvo. Sin embargo, el Orbe es robado del salón del trono de Riva y es entonces cuando Belgarath y su hija Polgara, acompañados del pequeño Garion, inician el interminable viaje en busca del preciado y, a la vez, conflictivo objeto. Más ahora, Garion siente una desesperada añoranza. Su infancia se escabulle, y, aunque lo intenta con todas sus fuerzas, no puede aferrarse a ella. Todo está cambiando. Polgara ya no es la que hacÃa las veces de madre solÃcita, sino la hechicera que habÃa sobrevivido al paso de cuatro siglos con un objetivo que iba más allá de la comprensión de los mortales. Y el señor Lobo, el viejo vagabundo y narrador de historias, es ahora el hechicero que habÃa vigilado y aguardado, testigo de la necedad de los hombres y de los dioses, durante siete mil años. Y Garion, ¿qué ocurrÃa con él? El muchacho, que hasta hacÃa poco era sólo un mozo de granja, se convierte en protagonista. Nunca habÃa creÃdo en la hechicerÃa y se negaba a participar en ella, pero a medida que viajaban su poder crecÃa y lo obligaba a participar en actos de magia que no querÃa aceptar. Su desorientación es profunda cuando, con la marca que tiene en la palma de la mano, quema a un individuo que se ha atrevido a insultar a Polgara. Asà discurre el segundo volumen de las Crónicas de Belgarath, continuando la apasionante historia comenzada en La senda de la profecÃa y ofreciéndonos la evolución de unos personajes que se hacen entrañables y cuyas aventuras el lector seguirá paso a paso hasta descubrir su destino y la profecÃa que debe hacerse realidad.