No podÃa dar crédito a su mente, a lo que estaba pensando. A lo que conocÃa en estos momentos.
No sólo eso, sino que nadie, absolutamente nadie en parte alguna, podrÃa jamás darle crédito a él. Los tiempos podÃan haber cambiado para muchas cosas. Pero la capacidad humana de comprensión y de credulidad, tenÃa sus lÃmites, a pesar de todo. Y eso era, sencillamente, lo que ocurrÃa. Que era increÃble. Inaceptable. Demencial, dicho en una sola y concreta palabra.