—Enamorarse asà de un extranjero es impropio de una muchacha como tú.
—Pero, tÃa Sara, si Juan no es extranjero. Ha nacido aquà y se marchó a Texas a los diez años.
—Y ahora tiene treinta — gruñó Sara Palacios, sacudiendo sus enormes manazas —. Lo cual quiere decir que es un tejano de mala catadura.
Patricia se impacientó.
—TÃa Sara, Juan es un muchacho excelente, ha venido a España en viaje de placer y al llegar a su pueblo natal me conoció, le gusté, se enamoró de mà y ahora quiere casarse y llevarme con él a Texas, lo cual me agrada.