Maud y Sandra Marshall entraron en el comedor particular, situado junto a la cocina, y mientras Maud asomaba la cabeza por la puerta, Sandra dejándose caer ante la mesa. Maud vestÃa un pijama negro y una bata oscura. Su cabello era rubio y lo llevaba enroscado en unos moñitos ridÃculos. TenÃa veintidós años y unos ojos azules, sin expresión definida... Su hermana Sandra vestÃa también pijama, de un color verde chillón, y una bata amarilla. Sandra contarÃa a lo sumo veinticuatro años y sus ojos eran de un azul gris y de frÃa expresión. No eran bellas, pero cuando se quitaban aquellas ropas, se peinaban y exageraban sus facciones con los cosméticos, resultaban aceptables.