«No tengo corazón. ¿Qué dirÃa mi madre, Bárbara, sus padres e incluso mis clientes, si supieran cómo soy en realidad?». Su madre consideraba que tenÃa el porvenir resuelto. Bueno, era lógico que lo pensara asÃ. Ganaba un dineral. Una fortuna cada dÃa, y no obstante apenas si tenÃa dinero suficiente para cambiar su coche. Se lo gastaba todo, tal como lo ganaba. El dinero, para él, no tenÃa mucha importancia. Tal vez algunos creyeran que se habÃa prometido a Bárbara por los millones que tenÃa su padre. No, por cierto. Bárbara era... ¿Qué era Bárbara en su vida? Como un tubo de escape o como una tapadera para ocultar sus pasiones y sus vicios. Bueno, en realidad, él no era un vicioso ni un sádico. Era simplemente un hombre insaciable.