—Pues sà —y sin transición, como si dejara a medias una explicación, añadió—: Se habÃa casado hace ocho meses. —¿Quién? —preguntó Rex que ya se habÃa olvidado de aquel asunto. —Sasi Anderson. —Ah. —Conoció a Donald Reed en la capital, aquà precisamente. Debieron de cortejarse algún tiempo. Tal vez más de dos o tres años. Pero cuando se casaron se dieron cuenta de que no servÃan el uno para el otro. Bueno, Donald es un alcohólico y Sasi no lo sabÃa. Ya conoces esos trances. El mes pasado le dieron a Sasi el divorcio. —Un fracaso lo tiene cualquiera —dijo Rex por decir algo, pues maldito lo que le interesaba aquel asunto.