—He visitado a la madre de Tab.
—¿Y bien?
Sus preguntas eran cortantes, como su mirada.
Pero todos sabÃan la gran humanidad que habÃa bajo aquella cerrada expresión.
—Considero que es grave. La tengo aquÃ, al otro lado, en mi consultorio.
—¿De qué se trata?
—No puedo asegurarlo, pues no me han enviado los análisis del laboratorio.
—Adelante, Walker. ¿Qué diagnostica usted sin análisis?
—Leucemia, señor.
—Me lo temÃa. Voy para allá, Walker. Hay que encamar a esa mujer. Tal vez lleguemos a tiempo.
—Me temo que no, señor.