Aparentemente, Iris Loughton no se fijaba en nada pero lo cierto era que nada le pasaba inadvertido. Aquellos dÃas se sentÃa preocupada, si bien nadie notaba su preocupación. A su padre le ocurrÃa algo. Estaba segura de que le ocurrÃa algo, y ella adoraba a su padre. Iris rara vez participaba a nadie sus preocupaciones, pero aquel dÃa decidió confiarlas a su hermana. Se levantó temprano. A decir verdad casi siempre se levantaba temprano, rayando el amanecer. Era un hábito que habÃa adquirido en el colegio y continuaba practicándolo en Idaho. Era saludable, la dosificaba de oxÃgeno para todo el resto del dÃa.