Perdà a mi padre al cumplir los veintidós años. Fue una gran pérdida para mÃ. No sólo por carecer de madre a quien apenas si conocÃ, sino porque mi padre fue un hombre magnÃfico, y su compañÃa suponÃa para mà el compendio absoluto de mi vida. Ya conocÃa a mi tÃa Elisa. En vida de mi padre tuve ocasión de oÃrla disertar sobre la juventud, la libertad de ésta, sus malas costumbres, etcétera, etcétera. Me resultaba repulsiva esta mujer. No obstante, antes de morir mi padre, me rogó entre otras cosas, que pasara a vivir con ella mientras me fuera posible.