—Yo creà que tus relaciones con Celia eran formales.
Emilio se agitó.
—¿Y quién lo duda? Pienso casarme con ella, pero cuando yo diga. Eso de que las mujeres ordenen y manden, no va conmigo.
—Celia es muy guapa.
Emilio estiró los inmaculados puños de su camisa y exclamó con énfasis:
—Si no lo fuera no serÃa mi novia.
—¿Cuánto tiempo hace que sois novios?
—¡Bah! Bastante. Creo que hace dos años —y echándose a reÃr, exclamó—: Ella estudiaba él último de Bachillerato cuando yo la conocÃ. A decir verdad, yo la conocà siempre, como tú y todos los chicos de la ciudad.
—Pero nunca aceptó a ninguno.