—Ni pijo ni pija, voy a vivir en esta comunidad y desde mi categorÃa de médico pretendo moverme en un cÃrculo social apropiado a esa categorÃa.
—A ti te han cambiado, macho.
Eso era cosa suya.
El siempre serÃa él, peroÂ… le tocaban las narices, y mucho, ciertas cosas.
—Me interesa la chica que vimos ayer —dijo al fin, pues lo demás que pensaba se lo callaba—. Es una preciosidad.
A Germán se le habÃa olvidado la chica en cuestión.
—¿Cuál?
—Mayi Prado.