Le enternecÃa Baby. Al principio, cuando por su causa murió Mag, estuvo más de una semana furioso. Dolido en lo más vivo. Él sabÃa cuántos defectos tenÃa Mag, pero era su compañera y lo sintió con todo el dolor que se debe y puede uno imaginar.
Cierto que recobraba su libertad, peroÂ… ¿de qué le servÃa con tres hijos, que si bien pesaban como plomo, eran la razón de su vida?
Los adoraba. Es verdad que muchas veces tirarÃa a la mimosa Baby por la ventana, mandarÃa al diablo a la sesuda Peggy y darÃa una patada en las posaderas del fastidioso Burt. PeroÂ… hubiera luego ido tras ellos como un loco.