ExistÃa una quinta chica llamada Mary Chon Estrada, si bien a ésta no la mezclamos en el grupo anterior porque, la verdad, Mary Chon no andaba a la caza de marido. Mary Chon tenÃa diecinueve años, acababa de regresar de un colegio suizo, y no era apasionada ni le gustaban los hombres como a sus amigas. Mary Chon Estrada, hija de un general retirado, heredera de una fortuna considerable, hija única y mimada, pensaba aún en las muñecas y en obras de caridad. Era de una espiritualidad tan sorprendente que sus cuatro amigas se guardaban de lamentar su solterÃa cuando ella estaba presente. Y el que dice su solterÃa, dice otras muchas cosas que las chicas comentan entre sà cuando se saben solas, sin testigos masculinos. Porque hay que ver lo que hablan las chicas cuando nadie las oyeÂ…