—¿Por qué no se lo demuestras? Ya sé que el orgullo te sella los labios, pero estimo que hay mil formas de expresar que una no está conforme con la vida que le da el marido.
Bárbara ya sabÃa que aquello iba a salir.
No fallaba nunca. Claro que Betty era la única persona que sabÃa lo mucho que le dolÃa la actitud de Frank.
—Cuando llega el hastÃoÂ…
—Él puede suponer que también llegó para ti.
—Llegará.
—Bárbara, le quieres con toda tu alma. Frank no lo sabe. Admitiste de buen grado su desvÃoÂ… Te desviaste tú.
—¿Qué podÃa hacer? ¿Pordiosearle?
—Hablar claro. Os habéis querido como locos.
—Por eso mismo.