Voy a morirÂ… apenas me quedan fuerzas para escribir mis últimos renglonesÂ… Ya he dicho en las precedentes anotaciones quién es el culpable de mi situaciónÂ… ConfÃo en que este diario, escrito en mi tumba, sea hallado un dÃa por alguienÂ… y el culpable pueda recibir el castigoÂ… que se mereceÂ… Se me nubla la vistaÂ… La pluma baila en mis manosÂ… Todo se mueve delante de mis ojosÂ… No pasaré de hoyÂ… Mi hijaÂ… ¡Oh, SeñorÂ… acoge mi almaÂ…!