Poirot está interesado en un espejo Art Decó, pero éste es adquirido por Gervase Chevenix en una subasta que lo ofrece como medio de pago a Poirot si descubre quién le está estafando. Poirot viaja a la casa de Chevenix. Pero, antes de que pueda comenzar a investigar, su cliente es encontrado muerto y el espejo roto en mil pedazos. Una nota al lado del cadáver donde se lee "lo siento" es la única pista evidente.