---

Durante mucho tiempo, se ha ahondado en la visión de África como un continente esencialmente violento. Que en cuanto se les deja solos, los odios tribales reprimidos durante generaciones saltan en forma de guerra y genocidios. Sin embargo, esa es una lectura muy superficial. Muchos han intentado rebatir esa visión, pero pocos han conseguido humanizar África con tanta eficacia como Chimamanda. Aquí hay guerra pero las reivindicaciones son sutiles. Incluso en los capítulos de mayor tensión en el conflicto armado están tratados con delicadeza, sin dramatismo excesivos. El objetivo no es mover compasión u horror, No es denunciar. Es, simplemente, atraparte en la vida de tres personas, de forma que devores páginas hasta sentir toda la injusticia que supone que tengan que pasar por un conflicto así. El medio sol amarillo fue el símbolo que aparecía en la bandera de Biafra, icono del nuevo amanecer del país que se quedó en nada. Biafra duró únicamente tres años y solo fue reconocido por cinco países, peridó la guerra y volvió a pertenecer a Nigeria. Es una historia que nos cuenta los tres años que duró Biafra y lo que la guerra hizo a todos los que la sufrieron, incluso a los que sobrevivieron. Empieza desde la vida en paz de principios de los años 60, hasta el final de la guerra. El medio sol amarillo se trata de una novela centrada en una historia de amor que ha de atravesar todo tipo de obstáculos personales, de vaivenes emocionales, de toma de decisiones dolorosas y valientes, en el difícil momento histórico que les toca vivir. La narración de sus vidas cotidianas nos ofrece una potente descripción de la vida media-alta nigeriana, con su propia división en clases, donde también algunos privilegiados tienen criados, sin voz y sin derechos. Es una historia de amor la que nos ayuda a hacer la lectura de manera ágil, porque este libro tiene mucho más que eso en sus entrañas. Como ya he comentado la trama gira en torno a la guerra civil nigeriana, que se llamo guerra de Biafra. La guerra de Biafra, con el genocidio de miles de igbos, con el silencio internacional, con sus motivos disfrazados en guerras étnicas cuando de por medio hubo otros intereses (petroleo), es el tema central de la novela. La escritora resalta en varios momentos que no hubo nunca ese enfrentamiento tan encarnizado entre etnias, hubo enfrentamientos pero la causa principal del estallido, según Chimamanda, fue una estrategia británica, muy en la línea del divide y vencerás para mantener el control sobre todo el territorio. Se denuncia cómo se usó la hambruna como arma de guerra. Se habla de cifras que no están claras, pero se habla sobre todo de vivencias, de sufrimientos y de personas. Nadie paró aquello El mundo guardó silencio mientras morimos se afrima rotundamente. La población de Biafra sufrió la situación de escasez de comida tanto por el bloqueo de Nigeria como por el miedo a que los alimentos estuvieran envenenados. Y aún resuena aquella palabra kwashiorkor. La esperanza en un futuro nuevo que representaba el medio sol amarillo, se eclipsó. Acabó la guerra, pero la situación de hambruna continuó. Finalizó la guerra, pero cada persona igbo que tenía una cuenta bancaria de Nigeria recibió veinte libras, no importaba lo mucho que tuviera en sus cuentas antes del conflicto. Terminó la guerra, pero algunas familias igbo siguen esperando, que un hijo perodido o hija perdida, vuelvan a casa. Chimamanda utiliza una prosa desgarradora, cruda y muy realista, pero al mismo tiempo es delicada y elegante. Y nos cuenta de una manera admirable el tema de la guerra, pero también el del amor sin que parezca poco real. Consigue que veamos el conflicto bélico de Biafra a través de los ojos de sus personajes y vamos viendo cómo sus vidas se va rompiendo en pedazos. El libro esta dividido en cuatro partes. La primera y la tercera transcurren a principios de los sesenta, cuando aún no hay guerra y el mundo es normal. Los dramas son los corrientes: amor, sentimientos heridos, rebeldías. La segunda y la cuarta ocurren entre 1967 y 1970, en plena guerra. Recomiendo Medio sol amarillo a todos lo que les gusten las novelas de sentimientos, porque hay amor, amistad, emociones... También a los que les guste ver la realidad de la sociedad, los conflictos políticos, el consumismo, la rapiña corporativa de los recursos de África y el racismo. Pero también los que tengan interés por conocer la guerra entre Nigeria y Biafra, más allá de lo que se recuerda, las hambrunas y los niños desnutridos. Enlace: https://loscuentosdemiprince..

---

Esta es sin duda la novela más política que ha escrito hasta el momento Chimamanda Ngozi Adichie. Poco se conoce en Europa la historia de los países africanos, ya que nunca ha interesado demasiado todos esos lugares pobres y sin recursos que explotar. Por eso, que Chimamanda de voz a este tipo de acontecimientos es de agradecer.En este libro narra la guerra civil que se produjo en Nigeria tras las matanzas que los hausas hicieron contra los ijbos. Por ello, los ijbos se fueron al sur e intentaron independizarse. Nigeria contraatacó, y comenzó la guerra civil, en la que murieron miles de personas, no solo por bombarderos aéreos y ataques nigerianos, sino también por el hambre que atenazaba a los civiles y las enfermedades creadas por la poca o nula higiene.Uno de los personajes principales, Ugwu, es un criado que tiene la suerte de trabajar en casa de un profesor de universidad, por lo que podrá acceder a una cultura que nunca se imaginaría en su pueblo natal. Es un personaje entrañable, que quiere hacer bien las cosas y se interesa por todo, es curioso e inquieto.Por otro lado, Olanna, la pareja del señor, deja a un lado su vida privilegiada de hija de ricos nigerianos para ser profesora en la universidad y poder hacer algo más por su país. A lo largo de este libro da mucha importancia a la cultura de sus compatriotas, sabiendo que es un arma más de guerra.Olanna tiene una gemela, Kainene, cuya pareja es un joven inglés enamorado de la cultura africana. Intentará ser un biafreño más, aunque al ser blanco le costará que los demás le vean como un aliado.Esta novela engloba una parte muy interesante de la historia de Nigeria, que nos hace entender a los africanos y nos acerca a su punto de vista en cuanto a lo que piensan del resto del mundo. Es muy cierto que ante guerras y conflictos en los diferentes países africanos, Europa y EEUU han mirado hacia otro lado, o bien han prestado armas a aquellos países de los que luego podían explotar o sacar algo. Pero este libro no muestra rencor alguno, solo un sentimiento de tristeza al sentirse abandonados cuando más lo necesitan. Hace pensar y recapacitar sobre el papel del primer mundo, ajeno a los problemas de los demás, egoísta y codicioso.

---

Una lectura intensa, desgarradora, que llega al alma. Basada en hechos reales, tan reales como esta guerra desconocida para mí hasta ahora, la autora muestra las historias tras la guerra. No se centra en batallas ni peleas, en héroes o militares; sino que nos muestra las víctimas colaterales de las guerras: la población civil. Y lo hace a través de los ojos de varios personajes contrapuestos: dos hermanas, gemelas pero tan dispares como la noche y el día; un criado, apenas un crío, al servicio de un intelectual con ínfulas revolucionarias;...A través de estos personajes, vemos el horror de la guerra, el sufrimiento del pueblo a manos de los enemigos pero también de los supuestos amigos; el racismo y paternalismo colonialista de los supuestos amigos internacionales.... Y es que la autora, alejándose de fechas y números, de datos históricos que muchas veces parecen ocultar la verdad tras ellos, nos muestra lo que sintió la población en esta guerra provocada por años de colonialismo salvaje, que fue origen de graves disensiones entre distintas tribus del país, que llevaron a crímenes y genocidios. Una verdad que el racismo aún presente en años post-colonialismo se empeñó en ocultar tras el velo del salvajismo de la población africana. En Nigeria fueron los Yoruba y los Igbo; en Ruanda, los Hutus y Tutsis; los primeros, en esta guerra narrada por Adichie, a finales de los años 60; los segundos, más recientes, en los años 90 (un hecho algo más conocido gracias al cine). Tenemos mucho que aprender de una parte de nuestra historia a la que hemos cerrado los ojos hasta ahora. Y es con autores como Chimamanda Ngozi Adichie que empezamos a conocerla.

Comentarios de lectores del libro Medio sol amarillo