Sinopsis

Esta es la historia de una niña que tenía miedo. El miedo es la reacción que se produce ante un peligro inminente. Cualquier cosa puede provocar miedo en una determinada persona. En el caso de Paulita Gauna, su temor se proyectaba a la imaginada presencia de un ente al que ella llamaba "cuco".

Cuando éramos chicos, la idea de la existencia del llamado "cuco", o del "hombre de la bolsa", nos generaba una perturbación en nuestro ser que llegaba a desestabilizarnos emocionalmente.

Los niños más pequeños muestran sus temores a los ruidos estrepitosos, la oscuridad, lo desconocido, los animales, la separación de los padres, etc. A partir de los seis años los pesares aparecen ante el daño físico, la enfermedad, el escaso rendimiento escolar, el ridículo...

En la pubertad se teme al rechazo de los compañeros, al cómo comportarse, al cómo expresarse... Son temores relacionados con la autoestima. Pero el miedo también es un recurso de autoprotección, que sólo cuando es excesivo se convierte en fobia y puede hacerse patológico; entonces constituye un problema de comportamiento que altera el desarrollo psicobiológico del individuo.

Dar miedo a los chicos es un recurso más de los muchos que se usan ante la impaciente labor de hacer dormir al bebé; para ello han creado una serie de figuras, en las que se encuentra "el cuco", a las que una madre o nana evoca cuando el crío no quiere dormir o se resiste a venir el sueño.

A partir de los 5-6 años, el niño comienza a ser más consciente de lo que significa la muerte y puede ser una etapa en la que se hagan muchas preguntas.

Miedo a la oscuridad, brujas, monstruos... Estos miedos aparecen por la noche cuando el niño se va a la cama. Lo podemos observar a partir de los tres años aproximadamente. Es una buena etapa para utilizar cuentos. Si el niño se identifica con un héroe de ficción que acaba venciendo sus temores podrá calmarse y adquirir algún recurso para enfrentarse al miedo. También podemos dejar una luz pequeña que haga más fácil el momento de irse a la cama.

Cada persona tiene su propio Cuco que se alimenta de sus miedos para dominar. Se manifiesta en muchas cosas: miedo al fuego, a las nubes, al viento, a los árboles a todo lo que se mueve, a la oscuridad y al estar solo; MONSTRUOS DEBAJO DE LA CAMA, rayos y truenos, la oscuridad. Todos los chicos tienen temores, ya sea a cosas reales o imaginarias. Y a medida que crecen, también aumentan sus preocupaciones.

Es normal e incluso saludable que los chicos se preocupen un poco, porque con ello adquieren las armas necesarias para afrontar los desafíos de la vida.

Este libro juega con el misterio, con las pesadillas y con ciertos desenlaces sorpresivos asociados a una forma de transitar los temores que fueron dibujados en la mente de una pequeña criatura por parte de padres, abuelos, parientes en general, cuidadoras, amiguitos, maestras jardineras, o eventualmente a través de ciertas imágenes captadas en revistas, videos o absorbidas de la propia televisión.

El misterio se define como algo muy difícil de entender, algo extraño e inexplicable de comprender o descubrir por lo oculto que está. La diferencia entre misterio e incógnita no es siempre clara, en muchos casos porque algunos de los llamados misterios en realidad son simples incógnitas.

La pesadilla es una parasomnia relacionada con el sueño REM. La persona que duerme tiene un sueño caracterizado por el miedo y la ansiedad que puede llegar a despertarle. Nuestra protagonista padece esta alucinación, generando en un entorno indiferente, como es el que rodea a Paulita, una serie de hechos paranormales que alterarán el desarrollo de su vida familiar.