En esta primera novela (la segunda parte es Sáfico), lo que prima son las ambientaciones que se nos presentan. Por una parte, una cárcel de una extensión inimaginable con bosques y mares en su interior. Una prisión en la que sus habitantes nacen y mueren y cuyos carceleros son inexistentes. La prisión está viva. Ella procura las condiciones de habitabilidad y ella vigila pero de manera retorcida, condenando a todos a la miseria. ¿Por qué? Porque la prisión también quiere escapar, ver el exterior, las estrellas. Por otro lado, fuera, un mundo de máscaras. Anclados en un ilusorio siglo XVII, los habitantes del mundo saben de manera consciente que todo es un montaje. La realidad es que sobrepasan el siglo XXI pero el avance del tiempo y el constante cambio llevó a la sociedad a la locura. AsÃ, eliminaron los cambios polÃticos, sociales, económicos etc y se metieron de lleno en la recreación del siglo XVII bañándose en la seguridad del estancamiento y en el conocimiento del porvenir. de esta manera, se elimina la ignorancia y la ansiedad de un mañana incierto. No obstante, de estas ilusiones sólo disfrutan las altas capas de la sociedad. Grandes tecnólogos en el tiempo real, terratenientes en el siglo XVII. El resto de estamentos son quienes trabajan a destajo para lograr que todo esté a punto y que todo se parezca al siglo en cuestión. ¿Cómo? Gracias a una avanzada tecnologÃa recrean sabores, olores, estancias, textiles...todo. Y, también, gracias a tal tecnologÃa construyeron la inconmensurable prisión, Incarceron, en la cual metieron a todos aquellos que en su momento causaban problemas al Estado. Una cárcel de la que nadie salió nunca. ¿Dónde está Incarceron? El hilo narrativo transcurre dentro y fuera. En la prisión, un muchacho, Finn, lucha por salir. Él tiene recuerdos, él sabe que no nació allà como el resto de los presos y junto con su amigo Keiro, la esclava Attia y a uno de los sabios, Gildas, que acompañaron a los presos para su reinserción, intentará salir. Pero Incarceron no está dispuesta a permitirlo. En tal huida, encontrarán un dispositivo que les conecta con el exterior. En concreto, con el Guardián externo de Incarceron. Pero no será con él con quien se comuniquen sino con su hija, Claudia, y con otro de los sabios de Incarceron, que está en el exterior, Jared. El cometido de los dos últimos personajes es hacerse con los secretos del Guardián para que éste no obligue a su hija a contraer matrimonio con el prÃncipe de la Corte.¡Intriga, misterio y acción están asegurados!
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Lo primero que noté es que el arte de portada es uno de los mejores que he visto en años: con relieve, tinta dorada y plateada, según el libro, buen diseño de tapa. Te da una idea de lo que puedes encontrar dentro, y lo retrató bien.Lo segundo que noté fue que parecÃa una historia dividida en dos, que irÃan reuniéndose conforme pasasen las páginas, y asà fue. En el Exterior, un mundo medieval en donde se sigue un Protocolo riguroso y se prohÃbe la innovación, todo parece un cuento de hadas a primera vista... Y poco se tarde en descubrir que las intrigas, las traiciones, las revueltas y las restricciones pueden llegar a sofocar a quien no tenga madera para ello. Claudia, la protagonista femenina, es una buena candidata a Reina, ya que es la hija del Guardián de Incarceron... una cárcel en donde está en protagonista masculino.Finn es un habitante de la cárcel de la que nadie Escapa, una Escoria, y forma parte de la banda de los Comitatus, ladrones y saqueadores, a veces asesinos. En uno de los saqueos, en los que casi pierde la vida, captura a una Maestra, y a cambio de ella obtiene un Cristal, una llave que, como toda llave, puede abrir una puerta. Finn tiene visiones de una vida anterior, una en el Exterior, aunque su memoria empiece solo a los catorce, tres años atrás. Su hermano de sangre, Keiko, un muchacho astuto e inteligente, está más adaptado a la ida dentro de la cárcel, y es mucho mejor luchando que su hermano. Y su lazo es fuerte, más fuerte incluso que el que le une a los Comitatus. Y cuando Finn comienza el viaje para Escapar, termina acompañándolo.Los personajes que mejor me han caÃdo son secundarios: Attia, la "perro-esclavo" del despiadado jefe de los Comitatus, si bien no es simpática a veces, es astuta y se preocupa por Finn, llegando a salvarle la vida casi a precio de la propia. Y Jared, un Sapient (el equivalente a un sabio del medioevo) que apoya a Claudia y se preocupa por ella, lo cual despierta sospechas, no sólo en otros personajes del libro, que quizás sienta algo más que el afecto de un adulto hacia una avispada muchacha.La historia de ¿amor? entre los dos protagonistas sólo se insinúa, y en algunos puntos no se distingue si lo que Claudia busca es algo de cariño verdadero de alguien de su edad, o el recuperar un pasado en el que ella fue feliz de verdad.El Exterior es brillante y rico, aunque se deja entrever que la realidad para la inmensa mayorÃa de la humanidad es muy distinta a la que se nos ha mostrado. Y la cárcel es, de por sÃ, un personaje, pero no un personaje más, sino todo un personaje.Incarceron es un sistema cerrado: si naces allà dentro, eres hijo de la cárcel. Si a la cárcel se le acaba la materia orgánica, empieza a utilizar partes robóticas, para economizar, quizás. Es un mundo inmenso, en los cuales hay túneles, celdas, bosques de metal que florecen con capullos de cobre, ciudades, misterios. Y sociedades en distintos estratos o clases, como la Escoria (los ladrones y criminales que viven en el subsuelo), los CÃvicos (que viven en la superficie, intentan no caer en la violencia y ser algo más civilizados) y algún que otro Sapient que vuela por allà en su barco.Algunos giros de la trama eran de esperarse, pero otros han sido una completa sorpresa. Si bien el libro no es una obra de arte, dista de ser algo insÃpido. En una forma similar a "La hechicera de las estrellas" de Sylvia Louise Engdahl, combina ciencia ficción y fantasÃa de forma tal que le gustará a quien disfrute de un género, o de ambos.
Autor del comentario: SHAM-SIA
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