Cualquier imagen de Adolfo Bioy Casares serA?AÂa incompleta si, ademA?A?s del forjador de tramas perfectas y del irA?A?nico narrador de desencuentros amorosos, no incluyera al testigo atento e implacable que, en silencio y durante mA?A?s de cincuenta aA?A±os registrA?A? cuidadosamente su vida y sus opiniones en un imponente Diario de casi 20.000 pA?A?ginas. La obra, en la que se echan en falta los pasajes sobre sus conversaciones con Borges y cuya publicaciA?A?n estA?A? en manos del albacea literario Daniel Martino, descubre la visiA?A?n de Bioy sobre temas como la Dictadura ("era consciente de lo que pasaba pero no le importaba demasiado"), las torturas ("referidas a la etapa peronista y no a la Dictadura") o la muerte, (asunto este A?A?ltimo que aborda "con su caracterA?AÂstica elegancia").