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La anciana señora Webster de Caroline Blackwood

de Caroline Blackwood - Género: Drama
libro gratis La anciana señora Webster

Sinopsis

Cuatro mujeres, cuatro generaciones. La bisabuela Webster, guardiana de la «corrección» de la familia, recluida en una casa fría y silenciosa cerca del mar, que nunca ve: siempre ha estado orgullosa del 'mero hecho de existir sin que nada le gustase'. Su hija, la abuela Dunmartin, recluida también, aunque sin orgullo, en una colosal casa solariega en el norte de Irlanda, castigada por la lluvia y un demencial gobierno doméstico: entre sus proezas se cuenta haber intentado matar a uno de sus nietos el día de su bautizo. Su hija, la tía Lavinia, una belleza londinense, vive en el polo opuesto, entre grandes fiestas, perros de lanas, inopinados amantes e intentos de suicidio: hablando de unas galletas dice: 'O son deliciosas o son repugnantes. Como tantas cosas en la vida, es muy difícil saber qué son'. Y, por último, en la rama más joven de esta excéntrica genealogía, una joven huérfana de padre, aún en «la fase de escuchar torpemente», que visita y recuerda, y cuenta.

Una novela de tonos góticos, pero narrada desde un punto de vista contemporáneo; una historia de familia que abarca cuatro generaciones; un humor que se mueve entre el rencor y la ferocidad y un verdadero ajuste de cuentas con el mundo social de la propia autora. Esos son los alicientes de esta novela fascinante de una escritora no menos fascinante, y bastante desconocida en España.


Tengo muchos, muchísimos libros de la editorial Alba en la estantería (y los que me faltan y quiero tener, pero hay que comprárselos poco a poco, los precios no invitan a lanzarse a por ellos), pero no sé por qué me sacan de los Maior, Minus, Brevis, Rara Avis, etc... y casi nunca miro su oferta más contemporánea o de la segunda mitad del siglo XX en adelante. Sin embargo había un libro publicado en los años 70 que me llamaba mucho la atención por su portada y por su fama de clásico moderno: La anciana señora Webster. Lo encontré de segunda mano y me hice con él. Una vez leído, estoy escribiendo y todavía no sé qué voy a decir. Este libro es de esos que te compras sin saber muy bien qué te vas a encontrar, así que no lo calificaría como decepción. ¿Puedo decir que me ha gustado? Pues no lo tengo muy claro. Sí puedo decir que no me ha entusiasmado. Tal y como comento, no sabía qué me iba a encontrar en cuanto a trama, pero no sé por qué tenía la idea de que este libro pertenecía al género gótico o que bebía un poco de esas fuentes. Craso error. Nada que ver, porque en realidad es una novela semiautobiográfica de la autora. Creo que la portada tiene mucho que ver en mi error (a algo o alguien tengo que echarle la culpa xD). Que tampoco es que pase nada de nada, si no es gótico no lo es, pero como que ya empecé un poco con el pie torcido...La anciana señora Webster que da nombre al libro realmente es la bisabuela de nuestra narradora, de la que nunca conocemos el nombre. Ella, la joven narradora, no es importante: es la excusa para contarnos ciertas cosas de la familia, y es quien personifica a Caroline Blackwood en esta semibiografía camuflada donde todos los personajes están basados en familiares de la autora. El caso es que nuestra joven y huérfana narradora llega a casa de su bisabuela (a la que no conoce) durante la posguerra; está convaleciente de una enfermedad, necesita respirar el aire junto al mar y su bisabuela vive en la costa, cerca de Brighton. Pero esta señora es todo un personaje, y hasta ahí no iba mal el libro: una adolescente viviendo en esa mansión apartada con una anciana rara y antipática, que apenas la deja salir de casa, que apenas habla con ella... yo seguía con mi rollo gótico. Pero no, este es el primer capítulo. Es en el segundo donde se desvela la verdadera finalidad de la historia.En cierto momento la bisabuela Webster le dice a nuestra protagonista que a su nieto (es decir, el padre de nuestra narradora, fallecido en la Segunda Guerra Mundial) le gustaba acudir allí de visita. Y a ella le sorprende tanto que su padre quisiera visitar a una mujer así en sus escasos permisos del frente que, una vez regresa a su casa, comienza a preguntar entre sus familiares y conocidos por qué creen que su padre quería visitar a la bisabuela Webster. Y es gracias a esta investigación que la autora/narradora nos desglosa y describe a algunos miembros de la familia, única finalidad de la historia. Primero conocemos a su tía Lavinia (superficial, promiscua, con tendencias suicidas a las que no da ninguna importancia); después, y gracias a un amigo de la infancia de su padre, Tommy Redcliffe, conocemos la historia de los abuelos Dunmartin y su vida en la mansión familiar de Irlanda. Supuestamente quieren hacernos creer que en este capítulo la narración se centra en la abuela Dunmartin, en su locura, porque este es un libro sobre las cuatro generaciones de mujeres de la familia Webster, pero si soy sincera a mí me parece que se habla tanto de ella como de su marido, de los dos, así como de la tristeza y desolación de este matrimonio y la deplorable gestión de la casa.Es decir, que tenemos a la bisabuela Webster, madre de una hija con graves trastornos mentales (la abuela Dunmartin), quien a su vez es madre de Lavinia (una mujer frívola que acaba de intentar suicidarse), quien a su vez es tía de nuestra narradora (de la que acabamos sabiendo más bien poco, por no decir nada). Las conocemos, conocemos su personalidad con pinceladas, conocemos el ambiente en el que viven, lo peculiar del carácter de la bisabuela, la casa en la que terminó de volverse loca la abuela, la extravagante forma de ver la vida de la tía, y como nos lo cuenta todo la narradora. Y poco más.Esta es de esas historias que nos cruzamos a lo largo de nuestra vida como lectores que cuando necesitamos describirla, ante la falta de una trama real, tenemos que recurrir a eso de es una historia en la que no pasa realmente nada, lo importante son los personajes. Y yo he disfrutado de muchas novelas así. Pero es que en este caso ni siquiera puedo afirmar eso, porque los personajes tampoco me han parecido nada del otro mundo (y estando basados en personas reales me parece chocante). Son fríos, distantes, no llegas a preocuparte gran cosa por ellos, no empatizas, no ves un propósito en su recorrido a lo largo de la narración. Llegan, te explican como son, conoces sus particularidades, te cuentan algunas de sus batallitas, y con las mismas se salen de la historia y dejan paso al siguiente. Porque realmente nuestra narradora se queda sin saber por qué su padre visitaba a la bisabuela Webster y la narración solo es un vehículo para contarnos retazos de vida familiar.Caroline Blackwood escribía bien, eso no se lo niego, pero yo no he visto en este libro la grandeza que le precede. Se le presupone un estilo punzante a la hora de retratar aquella alta sociedad de posguerra, pero salvo ligeramente en la tía Lavinia, tampoco es para tanto... Para mí, la historia tiene mordida, pero no llega a clavarse en la piel. No me ha aportado nada, ni para bien ni para mal, y un libro no puede dejarte indiferente, pierde toda su razón de ser. Si el narrador estira el brazo y te aleja de la historia, pues eso hace el lector, mirar desde lejos y no involucrarse para nada.Hay clásicos muy sobrevalorados, o los hay, como con cualquier otra novela, con los que no conectas y el problema es tuyo como lector con ese libro en concreto. No tengo claro ante cual de los dos casos me encuentro ahora mismo, así que como veis, termino igual que empezaba. O quizás sí lo tengo, pero no quiero ser así de rotunda por si estoy equivocada y sigue siendo mi percepción personal la que se inmiscuye y no me deja ser objetiva. Yo no he tenido feeling con él, y mira que lo siento.En fin, que no sé si se volverá a cruzar mi camino lector con Caroline Blackwood, y si se cruza no la evitaré y le daré una segunda oportunidad a ver qué tal, pero no es una autora que me haya dejado con ganas de repetir voluntariamente con ella a corto plazo.(Qué rollo con tanta narradora y tal, pero no podía expresarlo de otra manera... y qué largo me ha quedado esto para no saber qué decir, mil perdones... Tengo incontinencia verbal xD)