Durmiendo con el enemigo...
A Gregorio de la Cruz le daba igual que la inocente Lia Fairbanks lo considerara responsable de haber arruinado su vida. Sin embargo, al comprender que no iba a lograr sacarse a la ardiente pelirroja de la cabeza, decidió no descansar hasta tenerla donde querÃa.... ¡dispuesta y anhelante en su cama!
Lia estaba decidida a no ceder ante las escandalosas exigencias de Gregorio, a pesar de cómo reaccionaba su cuerpo a la más mÃnima de sus caricias. SabÃa que no podÃa fiarse de él... pero Gregorio era un hombre muy persuasivo, y Lia no tardarÃa en descubrir su incapacidad para resistir el sensual embate del millonario a sus sentidos...