Premiada por el PEN CLUB de PR Pelo bueno, pelo malo inscribe a la autora en el árbol genealógico de las grandes escritoras caribeñas. Las hablantes de esta novela, vienen a ser voces arquetípicas que se conjugan en la personaje principal como si todas fueran una sola. Los cambios de perspectiva narrativa metaforizan la ambigüedad inherente en la hibridez caribeña.