Todo empezó con la profecÃa del Enviado de Dios: Palicrovol, conde de Traffing, acabarÃa con la sangrienta tiranÃa y se convertirÃa en rey de Burland. La profecÃa advertÃa, sin embargo, que su vida no estarÃa a salvo mientras no hubiesen muerto el tirano y su hija Asineth. Ésta, cuando los rebeldes se hallaban a las puertas de la ciudad, rogó al Venado que los protegiera, pero sus oraciones no fueron escuchadas. Palicrovol tomó la ciudad y mató al tirano con su propia espada. A ella, en cambio, no se decidió a sacrificarla. La profanó y humilló en público, pero le perdonó la vida. Su misericordia —o su debilidad— habrÃa de ser su ruina. La venganza de Asineth serÃa terrible.