Esta novela, que tiene forma de pescadilla que se muerde la cola, es la esencia misma del Cela más castizo y popular, del Cela que recrea magistralmente el bullicio de la gente en el carrusel de las calles, los barrios y los pueblos, ese incansable y palpitante hormigueo que nunca se detiene.
Humor, desgarro, ternura, esperpento, inteligencia, poesÃa, todos los ingredientes de los apuntes carpetovetónicos se amalgaman aquà en un acabado ejemplo de un estilo literario que es ya un clásico de nuestras letras.