Cuando se desencadenó la crisis del sistema, ellos eran ya solamente el resto de una Flota, y luchaban contra un poder que llegaba a todas partes, que poseÃa una inextinguible cantera de vidas, de suministros, de mundos.
Después de tan larga lucha, eran lo último que quedaba del poder de la CompañÃa Tierra. La capitana Mallory habÃa sido testigo de cómo se llegaba a aquella situación. HabÃa volado para mantener juntas a la Tierra y a la Unión, el pasado de la humanidad y su futuro. Y era una gran ironÃa que la Unión se hubiese convertido en el soporte de la postura pro-espacio en aquella guerra, y que la CompañÃa luchara en contra. Era una ironÃa que ellos, los que creyeron en el Más Allá, terminaran oponiéndose a aquello en que se habÃa convertido, exponiéndose a morir por la CompañÃa que les habÃa abandonado.
Hubo un tiempo en que los sueños de las viejas naves de exploración la indujeron a meterse en aquello, un sueño largamente contrastado con las realidades de la CompañÃa. Y llegó un momento en que tuvo que admitir que era imposible ganar.
La Flota se enfrentó sola a la situación, sin mercantes ni estaciones de soporte, sola, como habÃa estado desde hacÃa mucho tiempo.