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Me encanta la serie de Jonathan Stride, los casos son autoconclusivos aunque la trama personal va avanzando a la par que la serie.Cat, una joven prostituta de 16 años acaba en la puerta del detective Stride porque no sabe a quién acudir. Su madre le dijo que si alguna tenía algún problema acudiera a buscarle, que él la había salvado a ella 10 años atrás. Stride tendrá que proteger a la joven Cat de alguien que dice que intenta matarla. Pero su compañera de la policía Maggie no termina de creerse la historia de la joven y sospecha que esconde algo perturbador que no quiere contar.La trama tiene mucha relación con hechos del pasado de sus protagonistas. Los hechos que ocurrieron cuando Cat era todavía una niña y que acabaron con la vida de su familia estarán muy presentes durante toda la novela. Stride tiene muy presente aquel suceso y todavía le perturba, por eso quiere resarcirse y hará todo lo posible por ayudar a la hija de Michaela.El asesinato, el odio, la mentira, la codicia, el miedo, el arrepentimiento, el perdón y la confianza son los ingredientes de esta novela francamente adictiva que te harán pasar las páginas sin darte cuenta.Las relaciones personales entre los protagonistas Stride, Maggie y Serena siguen su curso, avanzarán desde el punto en donde se quedaron en su anterior novela Tierra de sepultura.Brian Freeman sabe engancharte a sus tramas de una manera brutal. Encontrarás unos personajes muy bien perfilados, una trama perfectamente hilada que no deja un cabo suelto y giros inesperados. Es un autor que recomiendo.