Más allá de del ámbito de la oficina, Callan Sinclair lo ignoraba todo acerca de su secretaria, Abigail Thomas. Pero Abigail sà que se habÃa fijado en los bonitos ojos castaños y en el impresionante cuerpo de su jefe. Su poderosa presencia la habÃa dejado sin aliento más de una vez, y la fantasÃa de sus besos la habÃa asaltado más de una noche.
Pero la actual situación de Abigail exigÃa algo más que fantasÃas; necesitaba un prometido de carne y hueso, porque en caso contrario no tendrÃa más remedio que marcharse. Fue entonces cuando Callan descubrió la maravillosa figura que su puritana secretaria habÃa estado escondiendo. Su farsa de compromiso matrimonial fue perfecta, pero... ¿se trataba de un acuerdo de negocios, o más bien de un placer?