Siempre pensé que la guerra era en blanco y negro, pero es en color. Esta reflexión esconde un sentimiento aterrador, sobre todo para alguien que a los dieciocho años es obligado por su gobierno a intervenir en una contienda cruel e inhumana, como todas las guerras. Muchos de aquellos soldados arrancados de su hogar para combatir en la guerra de Chechenia, unos crÃos todavÃa, jamás regresaron.Arkadi Bábchenko volvió, pero convertido en una persona distinta. La necesidad de superar aquel horror sin caer en la locura le impulsó a dejar testimonio de lo sucedido en una serie de relatos duros, amargos, crueles. Con una sensibilidad literaria extraordinaria -que sectores de la crÃtica han calificado como lo mejor de la literatura rusa contemporánea-,Â