Daniel y su abuelo Honorato (explorador, aventurero, cientÃfico, cocinero, concertista de armónica, fabricante de bastones, puños y fundas de cuchillos...) emprendieron uno de los viajes más extraños del mundo. No sabÃan muy bien qué iban a encontrar, pero una vez alcanzadas las escaleras que los llevarÃan desde el primer piso a la terraza, no habÃa vuelta atrás. «Hay un lugar que ningún explorador, por muy osado que sea, termina nunca de descubrir: nuestra propia mente... Pero solo los más intrépidos son capaces de aventurarse por sus selvas, sus bosques, sus montañas...».