Si hay un rasgo de carácter repetidamente usado para describir algo substancial del vivir venezolano, ése es la viveza criolla. El «vivo», el «pájaro bravo», el «avispado» son entrañables personajes cotidianos. No solo celebramos al individuo agudo que vive de su ingenio sino que la astucia y la viveza son nuestros principales órganos de adaptación, facultades necesarias para sobrevivir en nuestro paÃs. El arquetipo del pÃcaro es un dominante de nuestra cultura. Y asà como no podemos prescindir del Libertador Simón BolÃvar ni de nuestro pasado heroico como mito de origen capaz de darnos sentido de continuidad histórica e identidad nacional, tampoco es posible entender nuestra sociedad sin analizar la psicologÃa de la picardÃa. El héroe y el pÃcaro se dan la mano como actores compensatorios de una misma paradoja histórica, personificaciones de un juego de contrarios que ha estado activo desde nuestro más remoto pasado.