En verano de 1880 Rimbaud parte de Chipre con destino incierto hacia las ciudades costeras del Mar Rojo. Desde allà se interna en EtiopÃa, pasando a vivir largas épocas en Harar. Once años después regresarÃa a Marsella, en la costa mediterránea de Francia, para morir. TenÃa 36 años. Las cartas de esa época de su vida, apenas nos dan atisbos del sufrimiento de una persona que habÃa perdido su lugar en el mundo. Son cartas que cuentan proyectos, casi siempre poco realistas, y el deseo, por encima de todo, de conseguir establecerse como un feliz burgués, una pacÃfico padre de familia en la lejana y húmeda Francia. Una historia de desarraigo en que el poeta va poco a poco avanzando hacia la soledad en tierra africanas y que no regresa a su patria más que a morir trágica y prematuramente.