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En primer lugar, tengo que reconocer que pensaba que era una novela, sin embargo, se trata de una obra de teatro. Y siendo sincera, no soy muy partidaria de leer teatro, se me termina haciendo algo pesado leer fulanito: menganito: y pepinito: porque me concentró tanto en quien es el que habla que termino por olvidar de que se habla. Es por eso que muchas veces los libros planteados a modo de chats también me terminan por aburrir. Otro de los motivos por los cuales no me gustan mucho leer las obras de teatro, es que al comienzo de cada acto se hace una descripción del lugar hasta el más minúsculo detalle, lo cual se me hace pesado y más cuando por cada acto hay un escenario diferente. Volviendo a esta obra en particular, el autor aclara que no es completamente fiel a lo que ocurrió, sino que se tomó algunas libertades en cuanto a los personajes, muchos de ellos representan en realidad a dos o tres personas.En la obertura, se trata de poner al lector en la atmósfera que reinaba por 1692 en la pequeña comunidad de Salem y la importancia que tuvo el reverendo Parris en los acontecimientos que desencadenaron los hechos que todos conocemos, o al menos tenemos una gran idea, la casería de brujas. Que había algunos bromistas está indicado, sin embargo, por la costumbre de designar una patrulla de dos hombres cuya obligación era «marchar durante las horas del culto de Dios para tomar nota ya sea de quienes permanecieren cerca de la capilla sin concurrir al rito y la oración, o de aquellos que permanecieren en sus casas o en el campo sin justificarlo debidamente, y tomar los nombres de dichas personas y presentarlos a los magistrados a fin de que éstos puedan obrar en consecuencia». Esta predilección por meterse en asuntos ajenos fue tradicional entre la gente de Salem e indudablemente creó muchas de las sospechas que alimentarían la locura que estaba próxima. En este párrafo, se pone de manifiesto, a que punto esa comunidad tenía un sistema casi enfermizo de sometimiento a la religión, subrayando el fanatismo religioso. Hoy en día nos cuesta imaginar un mundo como el de aquel entonces, no tener privacidad en las decisiones que se tomaban en cuanto a si asistir o no a un servicio religioso. La «caza de brujas» fue una perversa manifestación del pánico que se había adueñado de todas las clases cuando el equilibrio empezó a inclinarse hacia una mayor libertad individual. Es otra de las frases que remarca la situación cambiante de ese entonces. Pero en esta obra también se hace énfasis sobre cual fue la verdadera razón por la que estos acontecimientos tan horribles tuvieron lugar y no es ni más ni menos, que la vieja y conocida venganza. Como en otras oportunidades en la historia de la humanidad, se usó el nombre de Dios o de otra divinidad en turno para justificar hechos repudiables, en este caso, fue una falsa batalla entre los siervos de dios y los enviados del diablo, ya que se usó las acusaciones de brujería para vengarse de aquellos quienes habían perjudicado a alguien y le guardaban rencor, no había pruebas reales, bastaba con decir que el espíritu de fulanito se te había aparecido y listo, eras acusado de brujería y enfrentabas un juicio que decidiría tu futuro. Imaginensen vivir en esa época, ¿quién de nosotros no tiene un conocido que le guarde rencor por cualquier tontería? piensen un segundo que pudiera acusarlo solo por la bronca que le tiene y sean enjuiciados por brujería, solo porque esa persona diga que su espíritu se le apareció, debió haber sido horrible ser acusado de esa forma, peor aún la impotencia de no poder demostrar que esa otra persona miente, porque una vez que has sido acusado, solo importa la palabra de quien te acusa, aunque esa persona no tenga buena reputación.Pero sobre todo habla en cierta medida de la promotora de todo esto, Abigail Williams de 17 años, que le pidió ayuda a Títuba, una joven mujer esclava proveniente de Barbados y quien se suponía podía concederle lo que Abigail deseaba, la muerte de la señora de John Proctor, el objeto de su deseo. Abigail, una huérfana, que vivía en casa del reverendo Parris y trabajó en casa de la familia Proctor, hasta que Elizabeth Proctor la echó por acostarse con su marido. de ahí en más, Abbi desea eliminar a Elizabeth y convertirse en la nueva señora Proctor. También se demuestra el poco aprecio hacia las mujeres, en varias oportunidades Proctor amenaza con azotar a las chicas para que confiesen que mienten. Es una historia triste, que muestra hasta que punto, la venganza y las mentiras pueden llevar a la destrucción de vidas humanas, como hay personas que solo son capaces de pensar en ellas mismas y hacer lo que sea para conseguir lo que anhelan. Como personas rencorosas y avarientas como Thomas Putman, son capaces de promover este tipo de cosas, ni que hablar de su mujer.Si hay un personaje que me causó mucha tristeza fue el viejo Giles Corey, su muerte es realmente muy espeluznante. Hay muchas historias circulando sobre él, en las webs sobre actividades paranormales.La película de 1996, conocida en América Latina como Las brujas de Salem, pero en su idioma original fue llamada The Crucible (nombre original también del libro) he interpretada Winona Ryder como Abigail, Daniel Day-Lewis como John Proctor, es una adaptación bastante fiel. La actriz en lo personal no me cae bien, es algo como cuestión de piel, siempre me ha generado rechazo e interpretando este papel, realmente al leer el libro, se me venía a la mente su actuación.Como dije antes, no soy fan de leer obras de teatro, si bien al principio me costó engancharme en la lectura, ya pasado un cuarto más o menos, me terminó atrapando y lo terminé. Ayudó bastante que es muy corta (145 páginas nada más), con bastante dinamismo, en cada escena y que ya había visto la película, por lo que me costó seguir menos la trama.Creo que si les gusta esta temática, es una obra que no deberían perderse.

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Si hay una temática que me guste realmente, es la de la brujería, en cine o literatura, siempre me ha llamado la atención y me parece un mundo fascinante. Así que hoy traigo por aquí El crisol? también editado como Las brujas de Salem.Estamos en plena colonización de Estados Unidos ?sobre 1690-, donde la brujería está casi a la orden del día? y ellos nos lleva a la aldea de Salem, donde la exacerbación devota y la intransigencia están en auge. Gracias a la paranoia causada, alrededor de 25 personas fueron condenadas a muerte y cerca de 200 acusadas de brujería. Hay mil teorías del por qué de esa locura religiosa y puritana, pero ninguna ha salido cien por cien como real. Personalmente, me parece un hecho fascinante.El libro comienza con un grupo de chicas bailando desnudas en el bosque cerca de la aldea; al ser sorprendidas, salen corriendo despavoridas para impedir que las atrapen y como consecuencia, todas ellas caen enfermas. El reverendo y otros tantos, deciden investigar el caso ?pues lo que las adolescentes hacían, no puede más que tener al Diablo de por medio y por lo tanto, ser cosa de brujería-, así que entrevistan a todas ellas y a sus familias para decidir sobre su culpabilidad o inocencia y, finalmente, su condena (si es que la hubiera). El hecho de pensar que fue real, me dio a la vez pavor y vergüenza ajena.Toda una crítica al fanatismo y la estupidez colectiva de la época, detalles que se dejan ver a lo largo de los diálogos y los cuidados personajes, muy bien perfilados (qué manía le cogí a Abigail, madre mía) y gracias a los cuales te metes de lleno en la historia? y de cabeza en sus casas.Es la segunda obra que leo de Arthur Miller y doy fe de que no será el último, me encanta el estilo del autor. Demoledor siempre.Un libro imprescindible, aunque no os guste ni la temática ni el teatro. Hay que leerlo.

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Esta obra de Arthur Miller recoge uno de los muchos juicios sobre brujería, llevados a cabo entre 1692- 1693 en E.E.U.U.La obra, dividida en cuatro actos, refleja muy bien lo injusto y lo absurdo de los juicios sobre brujería, así como la magnitud de las acusaciones llevadas a cabo principalmente por venganza personal o por fanatismo religioso.Esta población vivía en una teocracia, es decir, el que gobierna y el que dicta las normas es Dios. Todo gira en torno a la religión, por lo que salirse de ese camino ya es suficiente para ser acusado de brujería o de tener tratos con el demonio.Los personajes que salen en esta obra son los personajes reales que sufrieron esta barbaridad.Me ha encantado la forma en la que está narrada la historia. Cada dialogo rezuma fuerza en cada una de las palabras utilizadas y además están escritos de forma muy directa, lo que hace que el lector sienta la misma tensión que están sintiendo los protagonistas en ese momento.De los cuatro actos, el tercero y el cuarto me han parecido magistrales. El primero me ha resultado bastante simplón e introductorio y lo que más me ha gustado de dicho acto han sido los apuntes del contexto histórico que intercala el autor entre los diálogos.Tras finalizar el cuarto acto nos encontramos con El Crisol, el guión de la película. Previamente, el autor cuenta su aventura adaptando el guión y todo el proceso creativo para llevar a cabo la película. Me ha resultado muy interesante conocer todos los secretos del rodaje y de la creación del guión.Me han dado muchas ganas de poder ver representada esta obra en un teatro. Tiene pinta de ser una experiencia irrepetible ver en vivo esta historia.Si os interesa el universo de las brujas y los juicios de brujerías, es una buena manera de adentrarse en ellos.

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Una obra de teatro escrita en 1952, ganadora del Premio Tony en 1953 que habla de más de lo que pueda parecer a simple vista. Inspirada en la cacería de brujas en Salem en 1692, es un alegoría de la represión macarthista en los 1950 en los represiónAunque la obra no sigue con exactitud los eventos del 1692 (cambia la edad y algunas de las motivaciones de los protagonistas, reduce el número de personajes), refleja la bien la histeria y el sinsentido de estos eventos históricos. Vemos cómo la simple venganza, el deseo, el miedo y la avaricia llevaron a la muerte de 20 personas inocentes. Hay muchos temas que desfilan por las páginas de este libro, pero los que más destacan son el honor, la histeria, la importancia de hacer lo correcto, de la integridad de cada persona.John Proctor en cierto modo refleja los valores en los que creía el propio Miller quien se negó acusar a la gente, dar nombres a la Comisión de Actividades Antiamericanas en 1956.Tanto si conocéis el contexto histórico como si no, Las brujas de Salem es una obra que os gustará. Fácil de leer y comprender, con un mensaje más profundo. Estoy deseando verlo representado en teatro