Un acontecimiento admirable y misterioso se verificó en Vigà ta el 21 de marzo de 1890, Viernes Santo, durante la representación de la Pasión de Cristo: el contable Antonio Patò, director de la sede local del Banco de Trinacria, funcionario irreprochable, marido integrÃsimo y padre de dos niños, además de apreciado Judas en la antedicha representación, tal como estaba en el guion se precipitó, al término de esta, por el escotillón preparado para abrirse, con maravillosa verosimilitud, pero ya no volvió a aparecer para luego regresar a su habitual papel de ciudadano modelo. ¿Desaparecido, volatizado? ¿Patò ha muerto o se ha escondido?