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 Amelie Nothomb reescribe el cuento de Perrault desde la contemporaneidad francesa. La cuestión es conseguir alquilar una habitación en un palacete de lujo a muy bajo precio. Las candidatas se miden, se comparan. La mayoría están incentivadas por la curiosidad, y no tanto por la posibilidad de coalquilar un buen lugar.En Nothomb el elemento de la curiosidad ahora tiene una doble vertiente. Por un lado, las mujeres jóvenes que fueron inquilinas del palacete y que ahora están desaparecidas son un enigma a resolver  . Por otro lado, la misteriosa figura del dueño, un aristócrata español que todos desean conocer. La habitación prohibida es el cuarto oscuro de revelado de fotografías.Don Elemirio es un acérrimo defensor de la Inquisición española que vive encerrado en su palacete. Después de conocerlo, la joven intenta entender su fama de seductor ya que ella no percibe ni rastros de esa característica que se le atribuye. Como católico devoto tiene su propia capilla dentro del palacete y la misa es solo para él. Desprecia la vulgaridad del mundo exterior y para conocer mujeres alquila una habitación. Se reconoce muy adinerado pero, por sobre todas las cosas, muy noble. Su nobleza española es su mayor distintivo. Por tal motivo, el casamiento no es lo conveniente para él. Nadie está a su altura.EL noble español se destaca en las artes culinarias; así como en la costura. Él mismo cocina y le confecciona una falda a Saturnine. Por un momento ella se siente atraída y quiere creer que él es inocente, que no es responsable por las desapariciones de las inquilinas. Atormentada por las dos posibilidades amenaza a Don Elemirio con un cuchillo para sonsacarle la verdad. Como castigo seguirá viviendo allí y él no podrá matar a nadie más. al final ella le hace probar a él un poco de su propia medicina. Es como un juego de cazadores y presas. al final el rol se invierte y el noble se convierte en la presa de ella.