MartÃn Romaña, protagonista de este relato, asegura que Octavia de Cádiz lo adoró, y que la mejor prueba de ello fue el lamentable estado en que lo dejó ya de por vida al casarse por primera vez y queriéndose tanto. MartÃn sólo pensaba en una muerte como las de los viejos tiempos, cuando los héroes de las novelas o se casaban o se morÃan de amor. En cuanto al amor de Octavia por MartÃn, habÃa empezado meses atrás en casa de ella y de una manera realmente maravillosa, porque Florence, la hermana mayor de Octavia, regresó una tarde de la universidad de Nanterre y contó que la gente se aburrÃa bastante, pero que alguien le habÃa dicho que en el departamento de Español habÃa un profesor peruano tan taciturno como loco, un tal MartÃn Romaña, que no dictaba sus clases, sino que las llevaba grabadas. Entonces, Octavia rompió con sus tres pretendientes de ParÃs, de Lisboa y de Milán, y decidió ir a estudiar a Nanterre, convertirse en alumna de MartÃn Romaña...