El director del News of the Day le habÃa dado instrucciones bien concretas. —Vaya a Woottlan, visite el sanatorio psiquiátrico y escrÃbame unos buenos artÃculos de esos tres locos... Loretta era joven, dinámica, y desde luego una buena periodista. Asà que se limitó a asentir. Y ya se encontraba, al volante de su coche de segunda mano, camino de la localidad de Woottlan. Mejor dicho, estaba llegando ya.